Son las 11:30 del día 20 de noviembre de 2025 cuando estoy escribiendo esto. Hoy hace cincuenta años de la muerte de Franco, un momento crucial para la Historia de España.
Recuerdo haber tenido conversaciones con mis padres y con mis abuelos donde les preguntaba qué sintieron, qué pensaron y qué hicieron ese día y la sensación que tenían era sobre todo de incertidumbre y miedo. Miedo porque no sabían que iba a pasar a partir de ese momento.
Sobre todo por parte de mi abuela materna Casimira (aunque en el pueblo se le conocía por Pola), recuerdo cómo me contaba la vida que le tocó llevar en su infancia. Ella era la única mujer de cinco hermanos. Tuvo que soportar la gran injusticia de ver cómo metían en la cárcel a su madre, Rosa la partera de Polán. Y además, tuvo que ejercer más que de hermana, de madre porque a su padre le tuvieron que cortar una pierna tras caerse de una burra que le aplastó ese miembro.
También puedo hablar de mi abuelo materno Pablo que se quedó huérfano de padre y madre siendo sus hermanos y él muy pequeños.
Un matrimonio y dos historias personales terribles donde por desgracia, imperaba el hambre, la represión, el dolor y la angustia.
Han pasado cincuenta años de aquella atroz Dictadura y me asombro cuando escucho y veo a personas que dicen que con Franco se vivía mejor o que ojalá y volviera alguien como él a tomar las riendas de España…y yo alucino, claro.
Alucino porque había una total falta de derechos y de libertades. Porque se perseguían y se violaban los derechos humanos sistemáticamente.
Y si los hombres en España lo pasaban mal (y ni que decir que aún más si éstos eran de Izquierdas) qué decir de las mujeres las cuales pasaban de depender del padre a hacerlo del marido cuando se casaban.
Yo no sé qué tiempo más “feliz” es ese cuando las mujeres no podían ser vistas por un médico si no tenían el permiso del marido.
No sé qué podemos añorar de un tiempo tan negro en el que por culpa de Franco, España sufrió un aislamiento que sumió en la más absoluta miseria y en el hambre más atroz a la inmensa mayoría de españoles de aquella época.
Yo tuve la suerte de nacer en Democracia. Afortunadamente, no conocí la Dictadura pero, ¿es que tengo que desear entrar en una para saber lo que es? No. Rotundamente no lo necesito. También tengo que decir que he estudiado lo que fue el Franquismo, el Fascismo italiano de Benito Mussolini y el Nazismo alemán de Adolfo Hitler y desde aquí pido que se enseñe en institutos y universidades este tema dedicándose el tiempo suficiente para que tomen conciencia de lo que realmente fue esa época. Que se haga antes de que los chicos y las chicas cumplan los dieciséis años pues algunos no seguirán en los centros educativos.
Creo que debe hacerse para que cuando salgan esos jóvenes puedan ir por la vida valorando lo que tienen.
Invoco a todos los españoles que entre todos y todas cuidemos la Democracia y utilizo este titulo no por azar sino para recordar uno de los mejores discursos que se han pronunciado en los últimos años: el que pronunció Manuela Carmena como despedida a sus cuatro años como alcaldesa de Madrid.
Manuela es símbolo de la lucha antifranquista. Una superviviente del vil asesinato de los abogados de Atocha, que fue un antes y un después en la Transición Democrática. Ojalá y los españoles saliéramos hoy a las calles para defender la libertad y la Democracia como hizo la gente en aquel momento.
Aprovecho estas líneas para acordarme de los extremeños y de las extremeñas que están llamados a las urnas el próximo veintiuno de diciembre. Les pido que por favor, aprovechen la grandísima oportunidad que tienen ese día y salgan a votar en masa. A votar más progreso, más Democracia, más libertad, más derechos y más igualdad de oportunidades. O sea, lo que justo no ofrecerán jamás los herederos de aquel tiempo (Partido Popular y VOX). Eso será el más noble gesto y la mejor muestra de cuidado de nuestra Democracia.
Salgan sin miedo, por favor. Siéntase libres. Alcen su voz. Detengan toda posibilidad de represión y mordaza. En definitiva, hoy, mañana y siempre... cuidemos la Democracia.