Finalizando mayo comienza la feria del libro (y entonces llueve, no falla) y para que todos vayamos haciéndonos a la idea de rascarnos el bolsillo en libros que nunca leeremos (o sí, nunca se sabe) las editoriales sacan doscientas novedades por semana. Los periodistas recibimos diariamente convocatorias para ir a todas partes. Cada mañana debo decidir a qué evento ir. Agotador.
Generalmente me gusta mucho más colarme que ser invitada. Pero cuando es una fiesta organizada por
Conde Nast y su directora de relaciones públicas,
Ana Marchessi, me invita, pues me pongo mona y acudo como Dios manda. Sin colarme. No tiene tanta gracia, pero bueno, una va cumpliendo años y va dejando de hacer travesuras.
Así que anoche, en la sala Pachá se entregaron los premios Glamour de belleza de la revista del mismo nombre. Por supuesto belleza era lo que había en la sala. Y muchas chicas (casi todas trabajando en marcas de estética) muy monas que nunca necesitarán los productos reafirmantes y anticelulíticos que promocionan. ¡Qué asco de mujeres!
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Los premiados, elegidos por las lectoras, fueron, obviamente, personas conocidas. No se puede votar a tu prima la de Cuenca aunque te parezca muy mona.
Amaia Salamanca, la protagonista de la serie
'Sin tetas no hay paraíso', se llevó el premio al rostro más bello del año. Bella sí que es, la verdad. Y suertuda, porque rodar las escenas de sus encuentros amorosos con el Duque, por mucho trabajo que sea, no creo yo que le cueste demasiado. Estaba con todas las chicas que la acompañan en la serie (menos la mala). A las actrices les suele pasar siempre lo mismo, te pones a hablar con ellas y no suelen salir del aburrido monosílabo.
Bertín Osborne tiene varias hijas de su primer matrimonio, tres en concreto. De la segunda tiene uno, y en camino viene otro. A este paso va ser papuchi 2. Pues bien, dos de sus hijas estaban ayer. Una de ellas,
Claudia Ortiz como rostro revelación del año 2008, y la otra,
Eugenia, entregándole el premio. Miren ustedes, yo ya sé que la directora de Glamour,
Alicia Parro, asegura que son las lectoras las que votan, pero yo en este caso, no me lo creo. ¿Cómo va a ser esta niña rostro revelación del año si no la conoce ni Dios? ¿Pero esto qué es? Esto es como cuando el Hola (esta semana sin ir más lejos) se saca de la manga un reportaje que se suele titular así: Chicas de la alta sociedad posan con diseños exclusivos de alta costura. Y las ves posando todas monas e ideales. Y entonces te preguntas. ¿Y este reportaje a qué viene? En fin...
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Otro premio sospechoso: rostro modelo revelación, una tal
Aida Artiles. Ni idea de quién es, ¿verdad? Claro. Pero si les digo que es la hermana de
Ariadna Artiles ¿? La mujer de Fonsi Nieto. No es por ser la típica envidiosa pero mona lo que se dice mona, pues no me pareció, la verdad.
El que sí me pareció muy guapo es
Jon Kortajarena, premiado como rostro masculino nacional más bello. Y es que es muy bello, sí. Lo malo de estos modelos es cuando ves su fecha de nacimiento y te das cuenta de que nacieron el mismo año que tú hacías la confirmación. Y eso duele. Mucho además.
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El tiempo pasa inexorablemente para todos por muchas cremas estupendas que te pongas. Un tal
Christian Santamaría se llevó el premio al rostro masculino más bello (Kortajarena era al rostro nacional más bello, ¡qué lío por Dios!) Y ya por último un pedazo de pivón llamado
David Gandy que se llevó el premio al rostro masculino Internacional más bello. ¡Y tan bello! Le entregó el premio
Mónica Cruz. Los organizadores del evento no estuvieron ahí a la altura y se olvidaron de ponerle a Mónica esas prácticas escaleritas que se suelen tener en las casas para subirte a los armarios que no llegas. Mónica o sea, Mo, llevaba un jersey largo que le llegaba justo por debajo del culete. Bueno, en realidad creo que era un vestido cuatro tallas más pequeñas de lo que le correspondía.
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El evento lo presentó
Estefanía Luyck que está llevando de manera admirable el duelo por la muerte de su hermano hace apenas un mes. El resto de los premios fueron para productos de belleza, esos que si te los compras y pones todos te pasan dos cosas: una que te quedas ideal, otra, que te arruinas.
La cena, estuvo bien, pero escasa. Es lo que suele pasar. Les cuento: Vichyssoise de espárragos blancos con crujiente de espárragos verdes. O sea, crema de espárragos con trozos de idem. Medallones de solomillo de buey con salsita de vino tinto, juliana de zanahoria caramelizada y patatitas paja. Es decir, carne (dura) con zanahoria. Y de postre, obleas crujientes con crema inglesa y almendras caramelizadas. Divino. Y si te engorda, pues te pones Body reculpt lift de Biotherm que era uno de los productos premiados. Los vinos, bastante aceptables: Chivite (blanco) de Navarra y Viña Salceda Rija Reserva de 2002.
Tras la cena, barra libre. Bueno, no tan libre, cerró pronto. A eso de la una y media el chiringuito apagó la música y se acabó la fiesta.
Por cierto, una fiesta en Pachá sin
Begoña Trapote, no es una fiesta completa.
Si (
No(
