No me gusta la corbata

En abril del 1979 salí elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona por el PSC. Entre los temas que me encargó el Alcalde Serra estuvo el tema de la Concejalía de Enseñanza, ahora llamada de Educación. Yo no me había puesto una corbata desde el año 1966. En el mes de junio los vecinos de Ciutat Meridiana organizaron una asamblea para presentar sus reivindicaciones y la convocaron a las 10 de la noche. Era un día muy caluroso y aproveché antes de ir a la asamblea para pasar por casa y quitarme la corbata y dejar el coche oficial. A las diez me presenté en la Asamblea en mangas de camisa y sin corbata. La sala estaba abarrotada. Capeamos el temporal: entramos con silbidos y salimos con aplausos y todavía hoy me encuentro algún conciudadano que me recuerda aquella asamblea.

A la salida, eufóricos por el resultado, los compañeros del PSC de Ciutat Meridiana me dijeron que fuésemos a tomar un café para comentar la jugada. Aunque era tarde todavía encontramos un pequeño bar abierto y nos sentamos un momento., Creía que me querían comentar la asamblea, y en lugar de eso me echaron una bronca fenomenal. El argumento fue muy sencillo: “Aquí como compañero ven vestido como te dé la real gana, pero como concejal no se te ocurra volver a venir en mangas de camisa y sin corbata. ¿A que a una reunión con la Cámara de Comercio no irás en mangas de camisa y descorbatado? Pues a ver si aprendes la lección y cumples con tus obligaciones, también con tus obligaciones protocolarias”.

Aprendí la lección. Creo que esa misma lección la tiene que aprender el ministro Sebastián. Claro que no nos gusta la corbata, pero es un signo de deferencia para aquellos a quienes representamos y no hay acto más importante en la vida política de un País que un Pleno de la Soberanía Popular, que un Pleno del Congreso de Diputados.

Sino es así, espero verlo sin corbata en los desayunos de Nueva Economía, en las reuniones con la CEOE, en los actos de la Zarzuela, en las reuniones de la Unión Europea, en sus entrevistas con mandatarios extranjeros, y en cenas y comidas oficiales.