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Jóvenes contra el racismo

Jóvenes contra el racismo

lunes 28 de julio de 2008, 17:05h

Dentro y fuera / norte y sur” es un proyecto en el que jóvenes de Bolivia, México y EEUU buscan reflexionar y ayudar a reflexionar sobre diversas formas de discriminación social, a través del arte. Una serie de obras teatrales y audiovisuales fueron el resultado de la experiencia coordinada a través del Musef

María Fernanda, del colegio San Calixto, se pregunta “¿cómo se vive con el racismo?, ¿cómo podemos terminar con el racismo?”. “En El Alto es muy complicado —dice un joven del colegio Juan Capriles—, hay discriminación en cada esquina, de un barrio a otro”. Y Alina Romanowski, directora de la oficina de Asuntos Culturales y Educativos del Departamento de Estado de Estados Unidos, agrega que “lo que queremos es replicar y difundir esta experiencia para ayudar a tomar conciencia”.

Una lluvia de ideas ocurrió la tarde del viernes 18 de julio en un salón del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), cuando muchachos de las promociones de los dos colegios de La Paz y El Alto, la mencionada autoridad del Gobierno estadounidense y el director del Museo, Ramiro Molina, se reunieron para intercambiar criterios sobre los resultados preliminares de “Dentro y fuera / norte y sur”, un proyecto que involucra a museos y colegiales de Bolivia, México y EEUU, con el objetivo de elaborar propuestas artísticas que —a partir de vivencias y experiencias propias de cada una de estas esferas sociales y regionales— apunten a soluciones para los problemas de racismo, discriminación y exclusión comunes en estas sociedades.

Ladislao Salazar, coordinador general del proyecto, cuenta que con base en cuatro ejes temáticos: racismo, discriminación, marginamiento y estereotipos, “los chicos reflexionaron, intercambiaron ideas y fueron armando las propuestas artísticas con la guía de los facilitadotes”.

Pero la lluvia de ideas, posturas, experiencias y creaciones artísticas se plasmó esencialmente en los talleres que durante tres meses —abril, mayo y junio— pasaron los jóvenes alteños y paceños; los del West High School y el Columbine High School en Denver, Colorado, y de dos colegios de Puebla México.

“Inicialmente —cuenta Soledad Ardaya, encargada del taller de teatro—, la idea fue de Ramiro Molina, director del Musef, posteriormente el Museo de las Américas de Colorado elaboró el proyecto y convocó al primer encuentro de facilitadores de los tres países, en Bolivia. Éste fue el primer paso para empezar a trabajar en equipo. Supimos que iba a ser algo delicado, más que por el tema en sí, por el cómo tratarlo, cómo lograr un espacio donde los jóvenes disfruten del arte y se pregunten y respondan qué significa en realidad la palabra discriminación”.

A partir de esta experiencia, y una vez que la Casa Blanca aprobó un financiamiento de “alrededor de 150.000 dólares”, según sostuvo Romanowski, se crearon cuatro grupos facilitadores: teatro, audiovisuales, artes plásticas y música.

“Empezamos con una aproximación a las artes —cuenta Iván Molina, encargado de audiovisuales—, luego nos dividimos por afinidades en cuatro equipos, y luego se creó, de forma colectiva, una obra teatral que responde a la primera pregunta temática (¿Cómo se convive con el racismo?)”.

Al final, los ocho alumnos del Juan Capriles y los 12 del San Calixto produjeron una obra musical-teatral, dos piezas breves de teatro, un cortometraje de ficción y una serie de dibujos y obras gráficas que en tres teleconferencias virtuales se mostraron e intercambiaron con similares trabajos de sus pares mexicanos y estadounidenses. Todo este material se puede descargar de la página de Youtube, aunque será estrenado y difundido oficialmente a partir de un coloquio de presentación de conclusiones que se efectuará en octubre.

Soledad, ensimismamiento, desorientación y despreocupación social simbolizan los chicos y chicas absortos, casi inanimados, en el centro del patio del Musef. Luego, un grupo de tamborilleros con sus propias preocupaciones, códigos e intereses no permite la llegada de un extraño quenista, diferente, desconocido y, por lo tanto, amenazador.

Así, con base en retazos abstractos, fruto del aporte de cada uno, se desarrolla el primer trabajo escénico musical de más de 13 minutos de duración, en el que frases como “si se relega o discrimina es por ignorancia y miedo” o “todos pueden aprender de todos” quedan a manera de moralejas.

Elementos

“El teatro es contacto e introspección, es aproximarse a los otros, entablar relaciones, y jugar desde la individualidad. El teatro fundamentalmente es relación y en ese sentido los ejercicios teatrales incitaron a un relacionarse desde el juego y desde la creación”, comenta Ardaya.

El despacho de Asuntos Culturales de EEUU desembolsó en 2007 —según cuenta Romanowski— “unos 600.000 dólares” para diversos programas comunitarios-culturales en América, que parten de experiencias artísticas para intentar superar problemas socioculturales.

“Cada uno fue aportando sus propias ideas —cuenta Nadiesdha, del San Calixto, respecto de los talleres y las obras— que al final nos cambiaron mucho. Al principio no nos entendíamos bien porque nuestros aportes eran muy abstractos”. María Fernanda le interrumpe: “Ahora tengo otra forma de ver las cosas, no tan analítica y fría, me di cuenta de que es más importante que buscar resultados y recompensas hacer algo que te guste y con lo que puedas ayudar a la gente”.

Resultados

Según Ardaya, “el resultado más importante del proyecto es saber que los jóvenes tienen la necesidad de continuarlo, una necesidad vital de seguir creando, y profundizar en la rama que más les guste, y es justamente eso lo que queda pendiente: seguir incentivándolos”.

La difusión de los trabajos reflexivos de estudiantes de entre 16 y 18 años de tres países —Romanowski contó que se escogió a Bolivia y México “por la convivencia entre culturas occidentalizadas e indígenas, y a Colorado por ser un estado de EEUU caracterizado por problemas de discriminación étnica y xenófoba”— pretende reflejar realidades similares, enmarcadas en escenarios diametralmente opuestos y distantes. “Cada aporte, cada lectura de las problemáticas planteadas —dice el Director del Musef— es un instrumento valioso para emprender una búsqueda conjunta de solución”.

El arte como canal sensibilizador

Mauricio Montero *

Cualquier persona que se entera del proyecto “Dentro y fuera / norte y sur” entiende su razón e importancia cuando recuerda lo ocurrido el 24 de mayo en Sucre.

Jorge Vargas, periodista sucrense con quien entré en un duro debate hace algún tiempo, asegura que en la capital nunca hubo racismo de ningún tipo hasta esta última fecha y que todos los citadinos son muy conscientes de que sus antepasados fueron o pudieron ser indígenas y/o campesinos. No aparentó tal cosa ese día en que un grupo de personas humilló a otro por su origen racial y social.

Creo en la importancia de este proyecto a raíz de que en mi vida no encontré racismo y discriminación sólo en algunas fechas históricas, sino que la palpé día a día en la escuela, el minibús, la familia, la universidad, el mercado, la calle…

Las preguntas son: ¿Debo sentirme asediado o en peligro de ser discriminado por mi raza? ¿Cuántas veces he sido discriminado y cuántas veces yo he discriminado? ¿Podrá el concepto de racismo ser tratado sin el previo análisis de otros conceptos? Es difícil hallar respuestas precisas, pero el encontrar espacios que reúnan a jóvenes para hablar de esta problemática dispersa en todo el mundo es desde ya positivo, y más si en este plan se involucra el arte.

La indagación de estos puntos fue clave ya que los jóvenes participantes eran de estratos sociales distintos: una mitad, chicos de una unidad educativa fiscal de El Alto, y la otra, de un colegio particular de La Paz. El desafío fue encarar la problemática desde los diferentes puntos de vista generados por las distintas realidades de vida.

Pero no quedó ahí. Después de buscar aclarar ciertas nebulosas, cada uno expuso sus puntos de vista en procura de reconocer el problema, y al final encontrarlo entre todos, reflexionarlo e intentar congeniar posibles estrategias para enfrentarlo y frenarlo. Luego, además, tuvieron que debatirlo con jóvenes de Puebla (México) y Denver (Estados Unidos).

Siento que es importante profundizar en distintos proyectos acerca de esta temática, para que no quede en un “racismo está mal”, o “no hay que discriminar”, meras definiciones que no contribuyen en nada a un verdadero cambio de actitud.

Para finalizar, me parece que ver el arte como una estrategia comunicativa pero además como un canal sensibilizador enriquece aún más la iniciativa.

* Cantautor y músico

Notas con respecto a “Dentro y fuera/ norte y sur”

Ramiro Molina *

El Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) ha estado promoviendo actividades educativas dirigidas a los estudiantes desde hace ya un buen tiempo. Como parte de estos programas destaca el reciente proyecto “Dentro y fuera / norte y sur”, que versó en la interacción de grupos de jóvenes estudiantes para abordar asuntos tan delicados como la discriminación y el racismo en La Paz y El Alto.

El proyecto nació de una iniciativa del Musef que se fundamentó en la necesidad de crear puentes de interacción, diálogo y creatividad entre grupos de jóvenes de distintos orígenes socioculturales. Las temáticas tratadas se centraron en la discriminación e intolerancia entre grupos sociales, e inclusive regiones diversas, lo que en la actualidad cobra mucha importancia y pertinencia debido a los recientes acontecimientos que ocurrieron en el país, donde la manifestación de intolerancia y racismo se hizo sentir de una manera abierta y explícita.

La propuesta fue acogida con mucho interés por la Asociación de Museos de los Estados Unidos, que financió su ejecución mediante el Museo de las Américas de Denver, e incluyó al Museo de las Américas de Puebla, México. Los tres repositorios coincidieron en la importancia del tema reflejado en sus respectivas realidades.

Hoy, el proyecto está en su fase final y tiene como resultado varias obras artísticas que se plasman en videos que muestran los resultados de los debates y creación de dos grupos de estudiantes provenientes de los colegios Capriles, de El Alto, y San Calixto, de La Paz. Las obras diseñadas y elaboradas por ambos grupos de estudiantes tratan sobre el racismo en sus diferentes manifestaciones, desde sus causas hasta sus efectos nocivos para la sociedad boliviana.

Los trabajos serán presentados en el Musef al finalizar el proyecto, en octubre de este año, como parte de una exposición conjunta con los realizados en México y Estados Unidos.

* Director del Musef

Trabajo, experiencia, resultados

Iván Molina: “Cada obra contó con el espacio necesario (pero no el suficiente) para la reflexión temática. Para las tres obras se desarrollaron procesos diferentes, la primera se asumió desde una pieza teatral en diálogo con una obra musical, la segunda estaba pensada como netamente teatral desde su inicio, y la última ideada y realizada en dos cortos de ficción”.

“Yo siento una obra de arte bajo dos principios fundamentales, la sensibilidad artística y la sensibilidad social, entonces ¿cómo no hablar, cómo no contextualizar, cómo no ser integral y no decir nada de la discriminación y racismo?…”.

“Creo que estamos a la mitad del camino, se debe lograr más confianza para conocernos más, para al final del proceso poder decir: ‘Ojos que sí ven, corazón que siente’, y poder decir que sí nos importa y sí sentimos algo por la otra persona que está en otro estrato socioeconómico, y así cooperar a construir una sociedad sin exclusiones”.

Soledad Ardaya: “Una vez convocados los chicos, fue importante darles herramientas creativas para que puedan plasmar sus ideas, así como fue importante que partan desde ellos mismos desde cuándo se habían sentido discriminados, y cuándo ellos habían discriminado”.

“El segundo mes fue más dedicado al teatro. Quisimos montar tres escenas, para las que era indispensable que ellos crearan tanto textos como personajes y conflictos. Entonces escribieron lo que querían decir, yo armé el texto general con base en sus propuestas, y el montaje fue de la misma manera. Éste fue otro de los problemas con el que nos encontramos, las tres obras elaboradas en los tres meses debían ser enviadas a México y Estados Unidos, así como nosotros recibimos sus obras, y esto fue una pérdida, porque evidentemente el teatro resigna su esencia una vez que es grabado, falta lo esencial, la energía del actor”.

“En el tercer módulo se trabajaron dos cortos de ficción, uno filmado en El Alto y otro en Villa Salomé, con la colaboración de familiares de los participantes y de centros culturales de El Alto. Este desplazamiento de equipo, de gente, incluso de extras que nos ayudaron en el rodaje, fue otra fase de mucha importancia, ya que siempre se apuntó al trabajo en equipo”.

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