El multimillonario empresario gallego fundador de Zara, Amancio Ortega, se ha convertido en uno de los asuntos más comentados del día en las redes sociales a cuenta de la pandemia de coronavirus.
Ortega -la persona más rica de España y sexta del mundo- ha donado 560 millones a través de su Fundación, entre 2001 y 2019. De ese montante, 310 millones han ido a parar a la sanidad pública para costear un polémico proyecto de compra de modernos equipos de diagnóstico y tratamiendo del cáncer.
Consistía en pagar las facturas a posteriori, es decir, las comunidades autónomas con las que se alcanzaron los acuerdos se encargaban de celebrar los contratos con los proveedores, adelantaban el dinero y costeaban los equipos para que después la fundación pagase lo que hubieran costado. Eso sí, vía desgravaciones fiscales, más de un tercio de la factura sería devuelto al donante. En definitiva, una cofinanciación de un proyecto finalista escogido por un empresario.
Este proyecto originó un debate promovido por miembros de Podemos como la entonces dirigente madrileña Isa Serra o el propio secretario general de la formación morada, Pablo Iglesias, sobre si el sistema público de salud debía o no aceptar donaciones.
Ahora el debate se reabre entre quienes creen que ahora en plena la crisis desatada por el coronavirus sería un buen momento para que Amancio Ortega realizara otro gesto altruista hacia la sanidad pública y quienes lo rechazan reclamando una mejor financiación de los recursos públicos con medidas para evitar el fraude fiscal, entre otras cosas.
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