El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo de Vox, ha vuelto a originar una polémica por sus palabras.
Esta vez, en una visita a un colegio concertado, retó a los alumnos allí presentes a que discutan lo establecido y lo que les quieren imponer. Así, en clave de rebeldía, introdujo el debate negacionista del cambio climático y el calentamiento global por la acción del hombre, uno de los principios básicos del ideario de Vox.
Gallardo planteó a los estudiantes que habría que dudar sobre lo que los científicos plantean sobre que el Co2 es "un gas contaminante". El político y abogado ultraderechista se dirigió a chicos de apenas 15, 16 y 17 años para plantearles que tengan "mentalidad crítica", además de pedirles "respetar lo que digan los mayores, los profesores, pero sin dejar de ser escépticos". Sin embargo, Vox está a favor del pin parental, que bloquea cualquier temática ideológica que los padres no quieran introducir en la educación de sus hijos.
Así, motivándoles a que encuentren sus "propias respuestas", es donde introdujo el tema del cambio climático: "Algunas de las cosas que en mi edad, en mi época, no nos preguntamos es si la segunda República en España era un régimen plenamente democrático o no. No nos preguntamos, y es un tema ahora muy de moda, si el CO2 es o no un gas contaminante, se me ocurren éstas, a título de ejemplo".
Además, Gallado les contó que de jóvenes, su generación no se preguntaba sobre "cuál era la religión más perseguida en el mundo" o "la leyenda negra que hay sobre la conquista española de América".
Sus palabras sobre las emisiones de Co2 fueron tan polémicas que incluso el presidente Pedro Sánchez se hizo eco de ellas horas más tardes en un mitin en Segovia, mofándose de sus planteamientos negacionistas.
A su vez, al conocer este reproche, Gallardo se dirigió al líder socialista para insistir en sus tesis: "No, el CO2 no es un gas contaminante. De hecho, es el mejor de los gases para el desarrollo de la naturaleza".
Las emisiones de CO2
La comunidad científica presenta un claro consenso ante las emisiones de Co2, el dióxido de carbono. Tienen 2 causas, las naturales y las antropogénicas, es decir, las causadas o amplificadas por la acción del hombre.
La realidad es que desde que la acción industrial y el uso de combustibles fósiles están generalizadas en nuestra civilización, la concentración de CO2 en el aire se ha disparado. Aumentó desde finales del siglo XIX -la revolución industrial- y se aceleró a finales del siglo XX. Lo que más genera Co2 en el aire es la combustión de gasolina y gasóleo, los combustibles más empleados para la movilidad y la industria.
También es una realidad indiscutible por evidencias científicas y médicas que las altas concentraciones de CO2 afectan negativamente a la mayoría de los organismos vivos. Las propiedades químicas del dióxido de carbono permiten atravesar rápidamente las membranas biológicas de los seres vivos, siendo 20 veces más soluble que el oxígeno, afectando al sistema nervioso central de los animales.
En los humanos, el CO2 es tóxico y letal en altas concentraciones, pero nuestro sistema respiratorio y circulatorio es muy sensible a él y afecta a nuestra salud a largo plazo.
En cuanto al clima y al ecosistema, daña los medios marinos y afecta a su fauna, provoca lluvias ácidas y ralentiza la circulación oceánica.
China y EEUU son los países que más emisiones de Co2 realizan, precisamente los más industrializados. Le siguen otros como Rusia o India.
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