El Consejo de Gobierno andaluz ha cesado este miércoles al delegado territorial de Salud en Sevilla, Manuel Molina, por los errores en el cribado de cáncer de mama cuando tenía responsabilidad en el Hospital Virgen del Rocío.
De este modo, Silvia Pozo, concejal del Ayuntamiento de Sevilla y delegada de Salud, toma el relevo para marcharse a la Consejería de Salud. Pozo participó en la primera toma de contacto que tuvo el consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, con la Asociación de Mujeres con Cáncer de mama (Amama), el colectivo que denunció los errores de los cribados.
El Hospital Virgen del Rocío es donde el Gobierno andaluz ha ubicado el 90% de las 2.317 mujeres afectadas por los errores en los cribados del cáncer de mama, y precisamente Molina ha estado como gerente de este centro hospitalario durante gran parte del periodo al que se circunscriben las denuncias.
La portavoz de la Junta de Andalucía, Carolina España, ha dicho que este cambio, junto con otros 2, entran dentro de la lógica de la llegada de un nuevo consejero.
La Consejera de Salud dimitió el pasado octubre
El de Molina no es la primera salida que se produce por el caso de los cribados. En el Hospital Virgen del Rocío fueron cesados el jefe de Servicio de Radiología y la responsable de coordinación de la unidad de mama.
Además, una semana después de que hubieran salido a la luz los fallos, el presidente de Andalucía anunció la dimisión de la entonces consejera de Salud, Rocío Hernández. "Ella gestionó con sus errores y aciertos, pero con una honestidad y entrega fuera de cualquier duda", señaló Juanma Moreno Bonilla en aquel momento.
Hernández había descartado dimitir pese a las críticas que había recibido. "Aunque alguien lo pida, y lo han pedido mucho, sería una falta de responsabilidad por mi parte y sería lo fácil", declaró en Granada, defendiendo su compromiso con las afectadas y la mejora del programa.
La Junta de Andalucía había reconocido el pasado 2 de octubre que son 2.000 las afectadas por los fallos en el programa de detección precoz del cáncer de mama y anunció que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha comenzado ya a llamar una por una a todas las mujeres con pruebas "no concluyentes" del programa de cribado de cáncer de mama. A fecha 21 de octubre, 1.778 mujeres en esta situación, a las que no se había informado de forma proactiva y con demora superior al tiempo recomendado de revisión radiológica, se realizaron la prueba indicada por el radiólogo.
Para conocer cuál era la situación en el resto de comunidades autónomas, la ministra de Sanidad, Mónica García, convocó el pasado 24 de octubre el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en Zaragoza. Sin embargo, los consejeros de aquellas comunidades autónomas gobernadas por el PP dieron plantón a la ministra, argumentando que no podían aportar esos datos por no disponer de un sistema informático ni plataforma para ello, ni tampoco de indicadores concretos. Por su parte, García vio aquellas explicaciones como "excusas de mal gobernante".
Tras este plantón, este martes Sanidad envió un requerimiento legal a las comunidades gobernadas por el PP para que remitieran de forma inmediata los datos de los cribados de cáncer de mama, colón y cérvix.
"La ley se cumple y punto", dijo la titular de Sanidad. E insistió en la "obligación legal" de aportar al Gobierno esta información y avanzó que si, pese a este requerimiento, estas comunidades no envían los datos de los programas de detección precoz de sus sistemas sanitarios, "el siguiente paso legal es el contencioso administrativo". Desde Sanidad consideran que si se niegan a dar los datos es porque "tienen algo que ocultar".
Manifestantes piden la dimisión de Moreno Bonilla
La polémica por los cribados del cáncer de mama en Andalucía ha derivado en masivas protestas contra la Junta. Una de las últimas tuvo lugar el pasado 26 de octubre, convocada por Amama; según la Subdelegación del Gobierno en Andalucía, 8.500 mujeres marcharon en la protesta, ataviadas con camisetas rosas.
En ella, las manifestantes corearon lemas como "No es un error, es tu privatización", "Bonilla dimisión" y se pudo ver a niños con pancartas como "Juanma, me encanta jugar, pero con la sanidad no se juega".
La presidenta de Amama, Ángela Claverol, exigió en aquella marcha justicia: "Queremos morirnos de viejas, no de cáncer". "La vida de una sola mujer merece la pena y son miles de mujeres", afirmó y añadió que la sanidad "no es de ningún gobierno, es de todos los andaluces, que la pagan con sus impuestos".