José Bretón mató a sus 2 hijos pequeños en octubre de 2011. Primero les drogó y luego quemó sus restos para intentar esquivar a la Justicia. Pero finalmente todo salió a la luz y fue condenado, aunque nunca había confesado el crimen.
Siempre negó los hechos, hasta ahora, que por primera vez ha admitido el crimen y además ha explicado qué le llevó a hacerlo.
Lo ha confesado todo en unas cartas y conversaciones en prisión con el escritor Luisgé Martín, que ha hecho público en 'El Confidencial'.
El mencionado diario ha replicado una parte de estas conversaciones, que llevan produciéndose desde 2021. El contenido íntegro está en el libro 'El Odio', que saldrá a la venta el 26 de marzo.
Tras más de una década negándolo, José Bretón ha confesado los 2 asesinatos y cómo lo planificó para intentar no ser descubierto.
"Me deprimía la idea de que mi hija Ruth y mi hijo José crecieran entre ellos sin estar yo delante"
En el adelanto de 'El Confidencial', se detalla cómo Bretón vivió la separación de su mujer y asegura entender que "no le perdone" ni ella ni nadie.
Después de que Ruth le confirmase su intención de separarse tras una serie de problemas, empezó a pensar en que pasaría mucho tiempo sin ver a sus 2 hijos pequeños (también llamados Ruth y José). Además, relata que empezó a pensar en que pasarían más tiempo con la familia de su mujer, lo que no podía soportar.
"Me obsesionaba la idea de que se educaran al lado de la familia de mi mujer, que a mí me parecía una familia tóxica. Después del asunto del biberón yo me había alejado mucho de ellos, solo veía problemas allí dentro. Y me deprimía la idea de que mi hija Ruth y mi hijo José crecieran entre ellos sin estar yo delante. Ahí fue cuando empecé a volverme loco", le confesó al escritor.
Se ha justificado en los problemas legales que tuvo su cuñada que llevaron a su detención y que al pensar en que sus hijos estarían con esa parte de la familia le ponía enfermo. "No podía aceptarlo, pensaba que iba a salir todo mal".
Asegura que no lo hizo por hacer daño a su mujer
Sobre por qué decidió matarlos ha señalado que empezó a pensarlo al ver que no había vuelta atrás en su separación.
"Poco a poco me fui convenciendo de que la única salida era acabar con la vida de mi hija Ruth y mi hijo José".
Y así lo hizo. En menos de un mes desde la separación, Bretón asesinó a sus 2 hijos pequeños. Sobre el orfidal con el que les drogó, ha puntualizado que no lo compró para ellos y él ya lo tomaba por recomendación psiquiátrica, pero que para que no "sufrieran" se lo dio.
Ha negado que lo hiciese para atormentar a su ex pareja, sino que lo hizo por "impaciencia" y para acabar con la incertidumbre sobre qué ocurriría con sus hijos.
"Necesitaba que esa situación se acabara, que desaparecieran las dudas y la incertidumbre. Es como si se me hubiera metido un monstruo dentro de la cabeza que no me dejara dormir ni pensar en otra cosa. No podía encontrar soluciones. Y cada día era peor que el anterior".
Ha confesado incluso que llegó a pensar en secuestrarles e irse de España, pero lo descartó porque cree que le habrían encontrado rápido.
"Había dos condiciones que tenían que cumplirse: que murieran sin sufrimiento y que los cuerpos desaparecieran luego para que no los encontraran. Sin cadáveres no hay crimen, eso está en cualquier novela policiaca. Tenía los medicamentos y tenía la leña en la finca, solo tuve que comprar el gasóleo".
Actualmente está cumpliendo 40 años de prisión. El contenido íntegro de todas las conversaciones y cartas podrá leerse en el libro.
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