Pese a las caras y los gestos de indiferencia, hay preocupación en el Gobierno y en el ministro Félix Bolaños por las actuaciones del juez Juan Carlos Peinado pero también de su colega Ángel Hurtado.
Y es que ha hecho saltar todas las alarmas por que de nuevo se considera que se ha manipulado un testimonio judicial.
Primero fue el magistrado Ángel Hurtado, del Tribunal Supremo, quien procesó al fiscal general, Álvaro García Ortiz, sin atender sus alegaciones ni la de los periodistas que actuaron como testigos, quienes negaron que este cargo de la Fiscalía fuera quien filtrara datos privados del novio de Ayuso.
El caso de Bolaños
Pero peor parece para el Gobierno el caso del ministro Bolaños, que Peinado pide al Supremo imputar por los delitos de falso testimonio y malversación.
Se considera que Peinado manipuló su testimonio, que tuvo lugar en Moncloa, sobre la contratación de la asistenta personal para la esposa del presidente, Begoña Gómez.
Se alega que Bolaños se limitó a explicar las funciones de esta asistenta, Cristina Álvarez, pero en el audio filtrado se escucha a Peinado apretando las cuerdas a Bolaños, incluso haciéndole buscar más datos sobre dicha contratación. De hecho, paró la declaración y exigió que saliera de la sala y buscara el dato concreto de quién era el responsable de Álvarez.
Bolaños entonces dio un nombre, Raúl Díaz, que le apuntaron desde Presidencia. Peinado, en cambio, escribió en su auto que Bolaños, "transcurrido el tiempo que se consideró razonable", se acordó de dicho nombre. Insinuando que estaba intentando ocultar ese dato.
Le aplica la imputación de falso testimonio porque cuando Peinado preguntó a Raúl Díaz, éste dijo no conocer quién fue el responsable de la contratación.
Más errores
Otro hecho que preocupa a Moncloa es que Peinado, deliberadamente, considera que Bolaños estaba en Presidencia en la época de los correos de Begoña Gómez para hacer gestiones para conseguir financiación para sus cursos universitarios, pero Bolaños ya no era secretario general de Presidencia por entonces.
El último hecho que hace saltar las alarmas es un error del juez, que apuntó en su auto que Bolaños conocía a Cristina Álvarez y Begoña Gómez de encontrarse con ellas "unas 2 o 3 veces" y que la última, según recoge, fue en el "tanatorio por la muerte de la Sra. Begoña Gómez". Sí, la esposa viva del presidente del Gobierno. Según las fuentes cercanas, creen que por error se refiere al funeral por el padre de Gómez, fallecido hace un año.
Además, se apunta a la animadversión manifiesta del juez contra Bolaños, porque se refiere a éste varias veces en el texto como "investigado", cuando es aforado y no tiene esa condición salvo que así lo pida el Tribunal Supremo al Congreso de los Diputados y no prosperen los recursos.
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