Otro paso atrás de la Iglesia española en sus posiciones sobre la homosexualidad, con declaraciones del obispo de Tenerife más cercanas al siglo pasado o a religiones más estrictas como la musulmana.
En concreto, este obispo, Bernardo Álvarez, en una entrevista concedida al programa 'Buenas Tardes Canarias' de 'Radio Televisión Canaria (RTVC)', aseguró que la homosexualidad era un "pecado mortal".
Alejado de la visión que quiere imponer en todo el mundo el papa Francisco, más tolerante con otras orientaciones sexuales distintas a la heterosexual, Álvarez se mostró profundamente contrario.
"La Iglesia tiene unos principios en relación con lo que son las cuestiones morales, ahí está el Catecismo de la Iglesia Católica. Las personas son siempre dignas de todo respeto, las personas, luego sus comportamientos son discutibles", afirmó.
Comparando la homosexualidad con el alcoholismo, llegó a decir: "Para que una cosa sea pecado mortal hace falta que la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga libremente y que no esté condicionada por nada, pero que sepa y que tenga conciencia de que lo que hace está mal".
A pesar de que saben que está mal, lo hacen, sin ser condicionados por nada. Es como la persona que bebe y cuando bebe hace cualquier disparate. Claro, lo que tiene que hacer es no beber", declaró, provocando pronto una oleada de críticas por esta postura tan extrema.
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