En los últimos días se conoció la 'okupación masiva' de un edificio en el PAU de Carabanchel (Madrid) por parte de familias vulnerables.
Al parecer, se acusa a una mafia de 'vender' el acceso a 28 pisos acudiendo a las colas de comedores sociales a personas necesitadas, muchos de ellos emigrantes peruanos.
Se les prometía la entrada ilegal a las casas por cantidades que iban entre 2.000 y 2.500 euros, con la promesa de que no serían desalojadas fácilmente y en muchos meses.
Al final, la empresa dueña del edificio, la promotora Vivenio, casi sin habitar todavía, habría contratado al colectivo ultra Desokupa, que se encarga de echar a okupas con coacciones y acciones violentas.
Incidente violento antes de Navidad
Ahí comenzó el conflicto. Según captaron varios de los testigos con sus teléfonos móviles, siendo los vídeos difundidos por 'El Mundo' y también 'Telemadrid', los okupas llegaron a bajar de las casas, previamente organizados, y se enfrentaron a los miembros de Desokupa.
El choque fue muy violento y los miembros de Desokupa fueron atacados y superado por los okupas, que habrían usado incluso gas pimienta y todo tipo de elementos, como palos o piedras.
Al final, los miembros de Desokupa se retiraran del lugar ante la agresividad de sus adversarios. Eso ocurrió el pasado 23 de diciembre.
La Policía tuvo que intervenir minutos después para evitar daños mayores por lesiones y desde entonces, más de 2 semanas, los pocos habitantes legales del edificio se quejan de abandono.
Estos vecinos consideran que la promotora Vivenio les ha dejado a su suerte, sin garantizarles la seguridad ni ofrecerles una solución.
Al parecer, a los okupas se les ofreció una cantidad para dejar las casas de forma voluntaria, pero la descartaron.
Se asegura que el edificio estaría habitado por mafias, miembros de bandas juveniles y personas peligrosas, lo que hace para los propietarios un infierno la convivencia diaria.
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