El lunes fue un día duro para las labores de extinción del incendio de Tenerife, debido a las condiciones meteorológicas, que provocaron la reproducción de varios focos debido al aumento de las temperaturas, el viento cambiante y la amplitud del perímetro.
Pese a todo, la evolución es positiva, según anunció el consejero responsable de Emergencias, Manuel Miranda.
Los trabajos de extinción y las condiciones favorables del incendio han permitido a la Dirección de la Emergencia autorizar el lunes nuevos realojos en Arafo, completando el municipio, y una parte de La Esperanza, concretamente el barrio de Las Barreras y la calle El Preventorio, desde el cruce de la TF-24 hasta el área recreativa de Las Raíces.
Al respecto, el consejero Miranda y la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, anunciaron que este martes se revaluará la situación para iniciar un proceso de desescalada, pero siempre velando por la seguridad de las personas.
Hectáreas quemadas
La superficie afectada por el incendio alcanza ya las 14.878 hectáreas de 12 municipios, con un perímetro es de 88,45 kilómetros, una vez reajustado, ocupando La Orotava el 37%. Los mayores incrementos han sido en los municipios de Fasnia, con 500 hectáreas, 200 en Güímar y Los Realejos, con 100.
A lo largo de esta noche entre el lunes y el martes han trabajado en las distintas zonas activas un dispositivo compuesto por 381 efectivos de extinción, de los cuales 167 son bomberos urbanos, además de un centenar de seguridad. A primera hora de la mañana de hoy martes se incorporaban progresivamente los 22 medios aéreos disponibles, 2 de ellos en tareas de coordinación, los cuales se centrarán en realizar descargas en las zonas más complicadas del incendio.
La zona activa del incendio que más preocupa es la zona alta de Güímar donde el incendio se ha resguardado y se resiste. Se trata de una zona muy complicada por lo escarpado del terreno, lo que dificulta la extinción del fuego y donde se ha concentrado gran parte de los trabajos de los equipos aéreos y terrestres.
En la zona norte hay llama activa, pero se encuentra en fase de liquidación, aunque el trabajo es complicado con muchas reactivaciones, debido al alto grado de combustión de la vegetación, lo que supone riesgo en los trabajos nocturnos por la dirección de los vientos.
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