Debaten MacCain y Obama; el tema de la gran crisis, como asunto principal

El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, y su contrincante demócrata, Barack Obama, debatieron en la Universidad de Mississippi. La atención pública es mucha fuera y dentro de EE.UU. Hoy por televisión e Internet, mañana nuevamente en Internet y en los titulares de los periódicos de papel,  donde se sigue y se seguirá con atención este encuentro crucial en las aspiraciones de MacCain y Obama para llegar a la Casa Blanca.

Todo ello, el debate de los candidatos de los partidos Republicano y Demócrata, en medio de la más grave crisis económica que recuerde ese país desde 1929, con indiscutibles repercusiones mundiales Durante su primera intervención, ambos candidatos abordaron la crisis financiera que enfrenta Estados Unidos.  Obama criticó la falta de un marco regulatorio moderno para impedir la crisis.

McCain a su vez dijo que él había advertido sobre los riesgos de las titanes inmobiliarios, que fueron recientemente intervenidas por el gobierno del presidente George W. Bush.

Conforme con el formato del debate, cada bloque aborda un tema en específico  mencionado por el moderador y cada candidato tiene dos minutos para exponer su visión sobre el mismo. Al concluir ese tiempo, habrá cinco minutos para el intercambio directo de ideas entre Obama y McCain.

Según lo acordado por las oficinas de campaña de los dos candidatos, en el primero y tercer debate, el diálogo es sólo entre los candidatos y el moderador Jim Lehrer, conductor de la cadena PBS, mientras que en el segundo habrá preguntas del público.

Los analistas creen que a esta primera cita llega con ventaja el demócrata Obama, pues su rival McCain carga con el peso de la crisis económica que afecta en estos momentos a Estados Unidos, la cual es atribuida en gran medida al actual gobierno republicano.

Sin embargo durante el curso del debate, se ha observado a un McCain mucho más sólido en sus conceptos y en el manejo de su imagen y lenguaje corporal, sin titubeos y con mucha calma, a diferencia de Obama, que en el arranque trastabillo cuando fue inquirido en torno a la manera en que ha defendido a su patria, los Estados Unidos.