El precio medio de los alquileres en Madrid es de 1.279 euros al mes

Alquilar una vivienda en Barcelona o Madrid supera el promedio de 1.000 euros mensuales e incluso los alquileres fuera de los grandes núcleos urbanos se han disparado. En los municipios de la provincia de Barcelona los alquileres también rozan los 1.000 euros.

A los altos precios de la vivienda nueva o de segunda mano, se han añadido otras dificultades como la falta de oferta de pisos de alquiler. De este modo, lo que a priori era la alternativa a todos aquellos colectivos que no querían o no podían comprarse una vivienda, se ha convertido en poco menos que un lujo, señala el estudio.

El desequilibrio es tan importante que incluso los gobiernos autonómicos están buscando fórmulas imaginativas para intentar reducir el alto coste de los alquileres. Por ejemplo, la Generalitat de Catalunya ha presentado recientemente el Proyecto de Ley de Derecho a la Vivienda, que propone, entre otras medidas, la expropiación temporal de viviendas desocupadas con el objetivo de colocarlas en el mercado de alquiler.  

Según datos del portal inmobiliario yaencontre.com, sólo dos distritos de la ciudad de Barcelona tienen promedios de precio inferiores a los 1.000 euros mensuales, concretamente los de Nou Barris y Sant Andreu. El resto sobrepasan esta cantidad con holgura. Estos precios han propiciado que compartir vivienda en las grandes capitales sea cada vez una de las opciones más extendidas y acordes con los niveles adquisitivos de jóvenes e inmigrantes.

El área metropolitana tampoco es una solución en estas dos grandes capitales si alguien pensaba que alejándose del centro de las ciudades los precios bajaban de forma significativa. Por ejemplo, en la provincia de Barcelona, el precio medio del alquiler se sitúa en los 949 euros y solamente dos municipios, Torelló y Calldetenes, tienen precios por debajo de los 500 euros.

Algo más favorable es la situación de la provincia de Madrid, donde el precio medio de un alquiler es de 710 euros mensuales. En España, a diferencia de lo que pasa en muchos países europeos, el precio mensual de un alquiler se acerca mucho a las cuotas de las hipotecas. Esto hace que colectivos como el de los jóvenes o los inmigrantes tengan muchas dificultades para acceder a una vivienda en una u otra forma.

Como consecuencia, se perfila ahora una situación de impasse en la que se gestará un nuevo modelo de adquisición de vivienda que incida en la reactivación del alquiler, promoviendo y supervisando la oferta, tanto en precios como en calidad.