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Ha sido descubierto por un grupo de investigadoras de la Universidad de Alcalá

Hallado un nuevo método para saber si la soja es transgénica

viernes 16 de febrero de 2007, 19:35h

Un grupo de investigadoras del departamento de Química Analítica de la Universidad de Alcalá ha aplicado por primera vez  un nuevo método para determinar si una semilla de soja ha sido modificada genéticamente. Las investigadoras han aplicado la técnica de electroforesis capilar y el análisis de los perfiles proteicos para determinar si las semillas fueron alteradas genéticamente.

La soja es, junto con el maíz, una de las semillas sometidas a alteraciones genéticas que más se comercializa en el mundo. Las tecnologías científicas utilizadas para caracterizar la transgénica y determinar las diferencias con la soja no modificada genéticamente se han centrado hasta ahora en el análisis del ADN. Un grupo de investigadoras del departamento de Química Analítica de la Universidad de Alcalá, componentes del grupo de excelencia ANALYSIC, en colaboración con un científico del CSIC, ha abierto un nuevo camino para distinguirlas.

Por primera vez, las investigadoras han observado diferencias en los perfiles proteicos obtenidos mediante la técnica de electroforesis capilar, que permite separar las proteínas de la semilla de soja en función de su relación carga/masa bajo la acción de un campo eléctrico, obteniendo como resultado electroforegramas distintos en virtud del tipo de soja.

Estos análisis les han permitido observar diferencias en el perfil proteico de habas de soja transgénica y no transgénica como consecuencia de la alteración de su ADN. El valor añadido de la utilización de la electroforesis capilar en la distinción entre ambos tipo de soja es que se trata de una técnica económica, rápida y sencilla, por lo que podría constituir una importante alternativa al método tradicionalmente empleado para este fin, basado en la extracción, ampliación y análisis del ADN de la semilla.

El cultivo de transgénicos ha seguido una rápida progresión en todo el planeta. Según un informe elaborado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, por sus siglas en inglés), son más de 100 millones las hectáreas dedicadas a la plantación de transgénicos. Estados Unidos, Argentina y Brasil son los países con más superficie destinada a este tipo de cultivo.

La modificación genética de organismos está sujeta a una fuerte controversia. Por un lado, se apunta a este tipo de técnica biotecnológica como posible solución para paliar el hambre en el mundo y reducir la acción de algunas enfermedades; por otro, sus detractores advierten de que aún no están completamente determinados sus riesgos y de que grandes multinacionales tienen una serie de patentes que limitan sus posibles beneficios. La soja es una leguminosa utilizada en alimentación, para la producción de aceite y de pienso para animales. La transgénica es resistente al herbicida no selectivo glifosato.

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