Los poderes fácticos

Hubo una época, de triste recuerdo todavía para muchos, en que el Estado se sustentaba en tres "poderes". Los que mandaban, vamos: el ejército, la iglesia y la banca. Ahora parece que el tercero de ellos, no habiendo aprendido de los errores pasados, pretende imponer su santa voluntad a costa del resto de la ciudadanía. Vamos, que o pasamos por el aro de los banqueros o nos quedamos sin dinero. Vivir para ver.

    La polémica en torno a la necesidad  de guardar "secreto bancario" a la hora de subastar el dinero para la compra de activos de alta calidad, más conocido como "operación rescate de banca en apuros",  es el colmo del alucine. Vayamos por partes.

   Resulta que los bancos están en crisis. No tiene liquidez. Y como no tienen liquidez, aparentemente, o la tienen escondida, no prestan a nadie.

   No se presta y como no se presta, nadie puede financiar la compra de bienes y servicios. El consumo se frena en seco y, con ello, la economía. A punto de entrar en recesión.

   Los bancos dicen que la única solución posible es que los gobiernos y autoridades monetarias inyecten liquidez. Se hace para ver si el sistema empieza a despertar de su letargo.

   Para inyectar liquidez hace falta dinero. Que debe salir, como no, de los bolsillos del contribuyente.

   Alguien dice que, lógicamente, "si el dinero sale de mi bolsillo quiero saber en qué se gasta que para eso pago". Normal.

   Pero hete aquí que los bancos dicen que nanay. Que ellos no dejan hurgar en sus cuentas, no vaya a ser que.....

    Es como una pescadilla que se muerde la cola. ¿Saben cual será el final de este enredo?.  Muy fácil. Los contribuyentes pondremos el dinero y nadie sabrá en qué se utilizó Total que más nos da. Damos más de 500 millones de euros a eso que llaman Corporación RTVE para que un tal Luís Fernández lo gaste como le da la gana para que, eso sí... todas las noches nos vayamos a la cama anestesiados por el bodrio que nos propone. Bendita  televisión pública