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Los cementerios, llenos en Todos los Santos

sábado 01 de noviembre de 2008, 18:08h
El Día de Todos los Santos la mayoría de cementerios madrileños se llenan de vida y colorido con la gente que acude a visitar a sus difuntos seres queridos. La Empresa Municipal de Servicios Funerarios calcula un millón de visitantes para este fin de semana. Es el caso de la Sacramental de San Isidro, San Pedro y San Andrés.
Pegado a la ermita de San Isidro, este cementerio, uno de los más antiguos de la capital, podría ser, en cualquier otro momento, el escenario perfecto para una película de miedo: lo habitan lápidas rotas, estatuas de ángeles sin cabeza, cipreses vetustos y flores marchitas.

Sin embargo, este sábado los chillones colores de las flores contrastan con el sempiterno gris, las familias charlan alrededor de las tumbas y los niños corretean ajenos al significado inicial de una fiesta tradicional que surgió, según el Papa Urbano IV, para compensar las faltas de las fiestas de otros santos durante al año, y que en España se celebra con una visita al lugar donde yacen los seres queridos.

Para los más pequeños, el 1 de noviembre es el día después de Halloween, una noche en la que el mundo de las tinieblas entra en contacto con el de los vivos y perfecta para disfrazarse de monstruos o vampiros y recoger caramelos por las casas, emulando lo que han visto en películas estadounidenses.

En el camposanto madrileño un matrimonio de ancianos se esmera en cortar y colocar los claveles rojos y blancos para que queden perfectamente distribuidos sobre una lápida en la que casi no puede leerse el nombre, y muchos otros utilizan los antiguos pozos para sacar agua y limpiar de ramas y tierra los mármoles y granitos.

Julia ha acudido con su sobrina, como cada año, a poner flores frescas para honrar la memoria de su madre y de su abuela, y comenta que prefiere que la niña vea la muerte "como lo que es, algo natural".

El cementerio de la Almudena fue otro de los lugares más visitados durante la jornada. A mediodía, sus accesos resultaban complicados debido al exceso de tráfico y las retenciones llegaron a alcanzar la duración de una hora.
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