Carta desde Chillán a Nelson Oyarzun Arenas

Querido Nelson: Hoy domingo 2 de noviembre inauguramos en Chillán el nuevo estadio municipal que lleva tu nombre. La Presidenta de la República, el alcalde y todas las autoridades que te puedas imaginar, estarán en el acto de corta de cinta, en una foto que ni en nuestros mejores sueños aparecía. 

¡Te sentirás orgulloso de tan magnífica obra!

Te cuento que esto se consiguió gracias a que Chillán es sede de un campeonato mundial de fútbol femenino sub 20, porque nuestra Presidenta se puso firme con su decisión de que el Estado invirtiera en infraestructuras deportivas como nunca se había hecho en más de cincuenta años, y también gracias a que todos los estamentos de nuestra sociedad provinciana se pusieron a empujar el mismo carro y hacia el mismo lado, en una demostración contundente de generosa solidaridad. O sea, conseguimos entre todos ser sede de un Mundial y, por lo consiguiente, contar con unas instalaciones deportivas de lujo.

Dicho todo eso como declaración de principios, permíteme querido Nelson que te describa el nuevo estadio que rinde homenaje a tu actitud ejemplar en el mundo del fútbol. Y comenzaré por la cancha, porque sé que es el lugar que más te preocupa porque allí demuestran tus gladiadores su voluntad de luchar en las lides deportivas.

Fíjate que por debajo de lo que se ve, hay todo un entramado técnico difícil de encontrar en nuestro sub continente. Canaletas de gran tamaño cruzan de sur a norte, en paralelo, toda la cancha. Por sobre ellas va un “colchón” de piedras bolón, cubiertas con una malla especial que impide que la arena gruesa que va más encima, se escurra por entre ellas cuando llueva. Encima de la arena va la tierra orgánica donde se sembraron varias especies de pasto (creo que ocho variedades), con el fin de que llueva o haga sol, siempre la cancha luzca verde, como mesa de billar. También subterráneamente va el sistema de regadío, que es accionado mediante programas informáticos. Son  unas 48 bocas de riego que surgen sobre el pasto, riegan por el sistema de aspersión, y vuelven a sumergirse bajo la cancha, sin que se note en la superficie, que queda cubierta por una tapa del mismo césped. La parte más alta de la cancha está en centro. Desde ese punto, comienza una leve inclinación hacia todos lados, con lo cual en los días de mucha lluvia, el agua se va escurriendo y cayendo por entre el pasto, la arena y las piedras bolón, depositándose en las canaletas que las llevan a los alcantarillados. ¡No se producen pozas!, mi querido Nelson.

Tiene capacidad para 12 mil espectadores, pero como toda obra de ingeniería, es susceptible de ampliarse en varios miles. Claro que para lograrlo, hay que hacer un proyecto nuevo de ampliación y tener la plata suficiente como para construir graderías más altas. Terreno hay, especialmente detrás de las tribunas Andes y Sur. Ah! Y los espectadores tendrán su butaca individual y numerada. Se sienten donde se sienten, verán las cuatro banderas de los corners, lo que significa que tienen una visión perfecta. Por cierto, una comisión especial convocada por el Alcalde, integrada por representantes de todos los sectores profesionales de nuestra ciudad, decidió que esas butacas sean rojas…Y ya sabes por qué, ¿verdad?.

Otra característica es que gran parte de las graderías está techada. Te explico, porque en esto ha habido polémica: se trata de una tenso-estructura de un material plástico muy resistente, que lleva dos capas. En el centro de ambas, va una malla de acero que la hace más resistente aún. Es lo más moderno que hay, con 20 años de vida útil, muy fácil de reponer, muy liviana y, por sobre todo, ¡mucho más barata que un techo convencional!. Cubre el 78% de las graderías porque hubo que estrecharla por cuestiones presupuestarias, pero cumple su objetivo.

En los extremos de la cubierta va la iluminación, imponente y tan moderna que cuenta con más de un centenar de focos, con tres grados de intensidad, de acuerdo con las necesidades del espectáculo. Los jugadores no dan sombra, se paren como se paren. Y en los extremos sur y norte, hay dos pantallas gigantes, de casi 25 metros cuadrados cada una, que sirven de video marcador y de proyección de publicidad. Incluso podría emitirse por allí partidos televisados.

En materia de seguridad el estadio está dotado de 35 cámaras de televisión en circuito cerrado, de alta resolución. Y un edificio central de cuatro pisos, realmente fantástico, con una docena de casetas radiales y cuatro sets de televisión, salas de prensa con sistema wi-fi, y oficinas de gran comodidad.

O sea, Nelson, debes sentirte orgulloso porque este estadio es una verdadera joyita que se transformará en un claro estímulo para nuestros jóvenes deportistas y un premio para la afición de nuestra provincia, tan correcta y entusiasta.

Por fin Chillán cuenta con una infraestructura de calidad, al nivel de las mejores y más modernas del mundo. Sin duda que es justo premio para nuestra gente sencilla y noble, y da una nueva y más correcta dimensión al homenaje que se te rinde. ¡Qué tardes, Nelson, se van a vivir allí! Grandes tardes como las que protagonizaste cuando ya la vida se te escurría sin importarte, convencido de que los grandes sacrificios en beneficio de la sociedad, jamás se olvidan.

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Miguel Ángel San Martín
Periodista