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El Pasmo del mundo

El Pasmo del mundo

martes 20 de febrero de 2007, 20:00h
TITO B. DIAGONAL
Barcelonés de alta cuna y más alto standing financiero, muy apreciado en anteriores etapas de este diario, vuelve a ilustrarnos sobre los entresijos de las clases pudientes.

Lo raro es que Acebes o Zaplana no hayan ya montado el pollo tanto dentro como fuera del Congreso de los Diputados, aunque, por otra parte, como están muy entretenidos con lo del juicio del 11M (¡Diga la verdad, señor Zapatero: usted puso las bombas!) y lo del referéndum del Estatuto andaluz (el PP lo aprobó y luego nos hicimos los locos a la hora de hacer campaña a favor) pues seguro que se les pasa por alto la evidente manipulación del informe del Financial Times, en el que se dice que España es el país preferido por alemanes, británicos, franceses e italianos a la hora de elegir un nuevo lugar para trabajar.

Sí, amadísimos, globalizados, megaletileonorizados y pasmados niños y niñas que me leéis, a pesar de que estamos en Martes de Carnaval y nada es lo que parece, España –esa España que ZetaPé rompe, como dice cada día el marido de Ana Botella--  es a fecha de hoy el pasmo del mundo mundial.

Y es que si, allá por los primeros años ochenta del pasado siglo, Josele decía: “Vente p’a España, tío”, en clara referencia a quienes todavía estaban en la emigración, ahora resulta que son los de la flor y nata de la Unión Europea los que, puestos a trasladarse y a comenzar una nueva vida, se despiporran por acabar en estos lares.

Y lo bueno –es un decir—que lo hacen por las condiciones sociolaborales que ofrece nuestro país, tanto a aquellos que vienen en vuelos chárter, forfaits turísticos, en vuelo regular o en cayucos y/o pateras. Europeos, asiáticos, latinoamericanos, magrebíes o africanos de color, coinciden al afirmar que como en España ni hablar. Unos (los del Norte) para ganar en calidad de vida, otros (los de Sur) simplemente para ganarse la vida.

Analicemos pues, pequeñines/as míos/as, estas preferencias  laborales europeas... No me extraña que los curritos británicos, gabachos, italianos y tudescos hagan palmas con las orejas ante nuestro sistema laboral. Hay jornadas semanales de 35 horas, horarios llevaderos, concertación entre patronal y sindicatos, plus convenio y un calendario festivo que, gracias a la multiculturalidad, hará que hasta se celebren adecuadamente las festividades religiosas de los Hare Khrisnah... O sea, que aquí pueden trabajar para vivir y no vivir para trabajar como en sus países respectivos.

Eso sin contar, claro está, la abundancia de viviendas puestas en el mercado... Y las ventajas de que los trabajos pesados para los miembros de la Unión Europea son cosa del pasado. Aquí quienes la doblan, y de verdad, son los inmigrantes. Ellos a la construcción, el peonaje y cosas así. Y ellas, claro está, al servicio doméstico... Mayor coordinación de funciones, imposible. Y todo, en el caso del servicio doméstico, por un módico estipendio mensual. Un chollo, vamos.

Y, encima, por si fuera poco, va y resulta que la playa más paradisíaca del mundo es española. En concreto, gallega... La Playa de Rodas, en las Islas Cíes, situadas en la boca de la Ría de Vigo, según un estudio del londinense The Times. Blancas arenas, aguas color turquesa y una suave ensenada que la resguarda de los embates de las olas. Claro que, amadísimos/as de mi paternal corazón, como no hay rosa sin espinas (ni sociatas sin peperos, añado) est inmejorable playa está en el Parque Natural de las Islas Atlánticas, lo que la hace no urbanizable...

Puestas así las cosas, comprenderéis que ha llegado la hora de volver a sentir el orgullo de ser español. España, patria común e indivisible, es la repera, la remilk... Vamos, la reoblea bajo palio. O sea, el pasmo del universo, la envidia del mundo mundial. El no va más.
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