Hoy, con Internet, saltar el charco es más fácil. Aún más: es sencillísimo. Y estaríamos locos si no aprovechásemos la oportunidad de tomar el poder de la información en español. Contar las cosas a nuestro modo, en nuestro idioma. No en otras lenguas, que han venido colonizando nuestra comunicación.
Para mí, lo admito, se ha convertido casi en una obsesión: hay que crear un lenguaje común en español –como lo han hecho los anglosajones—que sirva en México y en España, en Venezuela, en Chile, en Perú, en Argentina, en El Salvador...Tenemos que llegar a un intercambio efectivo de información entre los que representamos a los medios de comunicación de esos quinientos millones de personas que hablan la misma lengua, con variaciones, pero con un sustrato común, una historia compartida, unas creencias similares. Cuantos hemos hecho la prueba, siempre que hemos viajado a cualquier país iberoamericano hemos comprobado hasta qué punto los periodistas pensamos, anhelamos, criticamos, las mismas cosas. En español.
No es retórica, sino un desafío: la información es, debe ser, el bien más caro para la persona tras la vida y la integridad física. La información es poder, y los pueblos que controlan su propia comunicación son más poderosos; ¿cómo renunciar a esa vía de control de uno de nuestros recursos más importantes, que es el idioma común, el que hablamos en la mayor parte de las naciones iberoamericanas?
Quede claro que no podemos quedarnos simplemente en palabras. Nosotros no lo hacemos. Desde hace cuatro años, auspiciados por diversas comunidades autónomas y por algunas grandes empresas españolas establecidas en América, en el Grupo Diariocrítico venimos organizando congresos hispano-latinoamericanos de Nuevo Periodismo. Hasta ahora, hemos pasado por Valencia, Burgos y, últimamente, Cáceres, donde los Príncipes de Asturias inauguraron a finales de octubre el congreso bajo el lema ‘blogs y periodismo ciudadano, ¿son verdadero periodismo?’. Una pregunta que era todo un reto y que encontró diversas –a veces dispares-- respuestas en la ciudad extremeña.
Cuando escribo estas líneas preparamos ya el cuarto de estos congresos, en Santiago de Compostela, a finales de enero, bajo el lema ‘Eurolat’; es decir, el puente digital entre Europa y América Latina, que pasa indefectiblemente por España. Asistirá casi un centenar de comunicadores latinoamericanos, entre ellos más de cuarenta directores de medios de todos los países de habla española, más Brasil y Portugal. También estarán algunos de los más destacados comunicadores españoles, y puede que haya ‘sorpresa’ (no digo más, que trae mala suerte) en la inauguración.
Incluso tenemos ya a la vista el quinto de estos congresos, que se celebrará muy probablemente en Cantabria, en 2010, coincidiendo con la celebración de los primeros bicentenarios de la independencia de los países latinoamericanos. Una celebración que, entiendo, debe hacerse conjuntamente entre esos países y España, olvidando cualquier rencilla derivada de incomprensiones en el pasado: hoy, ya digo, somos todos parte de una misma comunidad, y estoy seguro de que esta percepción es la que más nos interesa a todos, de una y otra parte del Atlántico.
Si es verdad que la historia la escriben los vencedores, nosotros, vencedores morales sobre nuestra propia cultura, nuestras tradiciones, escribiremos la Historia, con mayúsculas, en español. Sin disimulos, sin mentiras --alguna vez sí las hubo--, con libertad. En eso andamos quienes en esto creemos.
Fernando Jáuregui
(*)Vicepresidente de APEI, director del Grupo Diariocrítico y de los congresos de Nuevo Periodismo.
Si (
No(
