Me comparo luego existo

Para nadie es un secreto que estos siete meses de gobierno aprista no han arrojado hasta la fecha ningún resultado concreto. Repitiendo el estilo de su primer gobierno, el presidente García ha cambiado al balconazo por la conferencia de prensa. Todos los días hace un anuncio. Todos los días lanza una nueva promesa. Pero también casi todos los días ataca a su antecesor, al Dr. Alejandro Toledo. Debe ser terrible para el aprismo compararse con el gobierno peruposibilista. Porque eso de triplicar las exportaciones, duplicar las reservas y ordenar la economía respetando los derechos humanos y sin despedir a nadie, es en verdad un gran logro. Respetando además a una prensa abusiva que jamás dejó de atacarlo, Alejandro Toledo puso las pautas de un verdadero desarrollo. Hoy vemos como se silencia periodistas, como programas televisivos no cesan de adular y felicitar los caprichos presidenciales claudicando de la crítica, todo al mejor estilo de los noventa. Es que anunciar algo a diario aturde. Y en medio de ese aturdimiento se fabrican cortinajes que distraen a la población. No ven así que hay  grandes indicios de corrupción en la compra de patrulleros, corrupción que alcanzaría a los más altos niveles de los funcionarios de este gobierno. No ven que nuestra cancillería ha descuidado irresponsablemente la posición peruana en los límites con Chile. No ven que el despilfarro del dinero que con gran sacrificio se ha acumulado durante el gobierno anterior se está gastando sin que sea debidamente fiscalizado. No ven que muchos de los anuncios presidenciales no tienen ningún sustento lógico. No ven que los ministros hayan dejado de serlos y sean simples asistentes de secretarios, pues ya ni siquiera esto último son.

Y en medio de todo este desorden demagógico al presidente García, empujado por su odio, impropio de un estadista, se le ocurre vender el avión presidencial. En un acto de gran populismo, condena a nuestra Fuerza Aérea a perder su avión más importante, un avión que puede ser utilizado una y mil veces en buenas acciones cívicas o de guerra,. Hay que venderlo dice el presidente demagógicamente. Y el pueblo aturdido aplaude, pues no comprende y la demagogia siempre suena bien así engañe. Y el avión se venderá y el país perderá. Como perdió hace 20 años cuando el presidente García en su primer gobierno vendió una escuadrilla de aviones Mirage, aviones que luego necesitamos en la guerra con el Ecuador y que no los tuvimos para defender la vida de nuestros soldados porque García los había vendido. Y no queremos escribir sobre las coimas, que según el senador Malpica llegaron a los 50 millones de dólares, y que fueron para los más altos niveles de ese gobierno.

El Perú no ha hecho nada en realidad  para que el desarrollo se consolide en los próximos años. No ha hecho nada en estos primeros siete meses. Y eso es peligroso. Porque podemos perder una valiosa oportunidad que va a ser muy difícil que se vuelva a repetir. Y todo por rendir culto a la demagogia y al populismo que ya antes tanto daño nos ha hecho. Y en medio de todo ello, el respaldo a la Ministra Mazzetti, directa responsable de la sobrevaloración de los 469 patrulleros, es un símbolo de la moral de este gobierno.

Juan Sheput (Perú). Ex ministro de Trabajo