Los 'dimes y diretes' de La Moncloa se disparan

Dicen en La Moncloa que la vicepresidenta primera del Gobierno, Fernández de la Vega, intenta contrarrestar su falta de poder real en el Gabinete de Zapatero con una campaña de imagen, en la que muestra su aumento de cotas de poder dentro del Ejecutivo.

Y dice esa misma ‘fontanería’ monclovita, obviamente alejada de la vicepresidenta, que Fernández de la Vega ha perdido la confianza del presidente, después de que se negara a encabezar la lista socialista a la Alcaldía de Madrid. Ofrecimiento que, por cierto, ella misma ha negado que se haya producido nunca.

Es un tema recurrente, como ya les hemos contado en numerosas ocasiones, pero lo curioso es que la artillería de los ‘fontaneros’ no proclives a la vice sigue disparando con mucha fuerza. Alegan que ya no está en el círculo de íntimos de Zapatero y que según pasan los días, su predicamento va en descenso.

Esto es lo que cuentan ellos. Pero lo que nos aseguran otros colaboradores de Presidencia es justamente todo lo contrario: destacan, por ejemplo, que De la Vega es el principal activo del Gobierno y que Zapatero --esto nos lo confiesan muy confidencialmente-- 'no sería nadie, o casi' sin su inestimable colaboración. No en balde, todos los sondeos aseguran que María Teresa Fernández de la Vega es la componente del Ejecutivo más valorada por todos los ciudadanos, más, incluso, que el propio ZP. Y eso genera envidias, claro.

De la Vega es, además, infatigable: 'trabaja de sol a sol', nos cuentan. Pero hasta eso quisieron algunos utilizarlo en su contra, lanzando un 'bulo' sobre que se había construido, supuestamente, un piso dentro del complejo presidencial, para cuando acabase su jornada demasiado tarde poder pasar la noche allí mismo. Algo que resultó ser completamente falso.

Lo cierto es que la 'vice' no puede escapar a las luchas intestinas de poder que se suelen producir en los partidos políticos --en 'todos' los partidos políticos--, sobre todo cuando están en el poder. Y que la intensidad de las tareas de Gobierno genera a veces tensiones entre quienes han de trabajar diariamente codo con codo.