Una flota de la Marina de Guerra de Rusia llegó hoy a La Habana, donde permanecerá hasta el próximo martes, en la primera visita de embarcaciones de combate de ese país tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
La agenda del destacamento naval ruso incluye una visita de su tripulación al jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria de Cuba y a la Academia Naval Granma.
Los marinos rusos también visitarán la sede del gobierno provincial de esta capital y otros lugares de interés histórico y cultural, dijeron medios oficiales.
Salvas disparadas desde la fortaleza colonial de San Carlos de la Cabaña saludaron al destructor Almirante Chabanenko y los buques de aprovisionamiento Iván Bubnov y SB-406, que llegaron procedentes de Nicaragua.
La presencia naval rusa en el Caribe (antes participó en maniobras con Venezuela) se produce varias semanas después de la visita a Cuba del presidente ruso, Dimitri Medvedev, quien se entrevistó aquí con el presidente cubano Raúl Castro y el líder histórico Fidel Castro.
De acuerdo con analistas, la visita de una representación de la Marina de Guerra rusa refleja el alto nivel de las relaciones alcanzado en los últimos meses por Moscú y La Habana, antiguos aliados durante la Guerra Fría.
Los buques rusos permanecieron en puerto alrededor de ocho años después de que, por decisión del entonces presidente Vladimir Putin, Moscú anunció en 2000 el cierre de la base de espionaje radioelectrónico de Lourdes, a las afueras de esta capital.
El derrumbe de la Unión Soviética en 1991 canceló en Cuba un ventajoso comercio bilateral y el suministro de créditos, materias primas, maquinaria y armamento, así como la preparación de oficiales locales y pilotos de las Fuerzas Armadas.
En los últimos meses Moscú ha externado un creciente interés económico hacia La Habana y el embajador ruso, Mijaíl Kamynin, informó que hay "proyectos concretos" en el sector del níquel, del petróleo y también de la industria automotriz.
El gobierno del presidente estadunidense George W. Bush, que ha asegurado carecer de preocupación por la llegada de los barcos rusos a La Habana, reactivó en julio pasado el patrullaje de su IV Flota en aguas del subcontinente sudamericano.
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