Decimos adiós al país autoabastecido y soberano en materia alimentaria
La inflación en alimentos superó en el año 2008 el 50%, bien por encima de otros bienes y servicios, castigando con fuerza a los sectores más pobres de la población. El precio de las frutas, hortalizas, raíces y tubérculos, todos producidos en el país, se ubican entre 4 y 6 dólares por kg, cuatro a seis veces más caros que en Colombia, Guatemala o México y con una calidad inferior. Los episodios de desabastecimiento tuvieron reducción, pero al fin de año falta azúcar, ocasionalmente café, caraotas y otros productos. La inflación en alimentos se comió cualquier incremento salarial recibido por los sectores D y E. Las encuestadoras indican que ya está ocurriendo una atenuación o, en algunos casos, reducción en el consumo de alimentos.
La importación de alimentos y forrajes cerrará el año en una cifra astronómica, que estimamos en el orden de los 7 mil millones de dólares. Esto explica la reducción del desabastecimiento, pero dibuja un panorama extraño, profundamente deformado del sistema agroalimentario. En efecto, el promedio de las importaciones por persona en los últimos veinte años fue de unos 75 dólares anuales y ahora llegará a 260. Así, en la actualidad, en valor, Venezuela importa lo mismo que produce. Adiós al país autoabastecido y soberano en materia alimentaria.
El año agrícola cierra, una vez más, con cifras muy bajas cuando se las compara con el consumo. A la baja la producción de caña de azúcar, café y frutas. Muy deprimida la producción de carne bovina que nos llevan a una dependencia, entre 25 y 35% del consumo, de la importación de ganado en pie, canales o carne empacada. En positivo, incremento en la producción de maíz, arroz, pollo y cifras contrastantes en leche, pero quizás positivas gracias a las lluvias. Al final un crecimiento, en valor de un 3%, mejor que en otros años, pero insuficiente para satisfacer la demanda y atenuar la inflación.
A pesar de la crisis que viviremos en el 2009, el gobierno hará todo lo posible por evitar la escasez. Muy temprano para hacer especulaciones sobre el precio promedio del petróleo en el 2009, serán los automóviles, el material eléctrico, partes y piezas y artículos suntuarios a los que les cortarán las divisas. Se perderán empleos y capacidad de compra, el gobierno, con menos petrodólares, no generará más puestos de trabajo.
El gobierno, embarcado en una nueva campaña electoral, seguirá importando comida y pagando subsidios para evitar que se escapen los votos. Esto muestra cuán enfermo y frágil está el sistema agroalimentario, porque los campesinos siguen sin tener derechos de propiedad o tecnología, experimentos como los zamoranos y las cooperativas han fracasado, los productores están acosados por expropiaciones, la agroindustria es agredida, los transportistas reciben su dosis y los distribuidores finales son acusados de cuanta fantasía especulativa se puede inventar. El gobierno sigue rechazando las ofertas de cooperación del sector privado. El círculo vicioso se cierra, el discurso político no cambia. Es difícil desearles un feliz año a los lectores, productores y consumidores.
machadoallison@yahoo.es