En Madrid un boliviano busca pagar deudas con sus órganos
martes 23 de diciembre de 2008, 18:58h
Un riñón, médula ósea y parte de su hígado y su pulmón son los órganos que el periodista boliviano, William Carrillo Calderón, pretende comercializar en Madrid (España). La determinación del emigrante, prohibida por ley desde 1979, ha levantado polvareda en la sociedad ibérica.
¿El motivo? según el ex reportero de la Red Uno, Megavisión y Cadena A, son sus deudas económicas las que lo habrían llevado a tomar esta determinación poco usual, bajo la premisa de que el cuerpo es suyo y las deudas también. “Quiero ejercer el derecho sobre mi cuerpo de manera responsable, porque lo que pase con mis órganos (si los vende) no va a representar un peligro para mi vida”, aseguró este cruceño de 43 años.
Para poder vender, Carrillo acudió al Defensor del Pueblo de Madrid. El boliviano pretende que la autoridad canalice su pedido ante la justicia española. Según él, pretendía hacerlo de manera ‘silenciosa’, sin embargo, la noticia ha causado revuelo en los medios locales.
Ayer elmundo.es tituló ‘Quiero venderme a trozos’, utilizando una frase del extraño vendedor, mientras que elpais.com aperturó Un boliviano quiere vender sus órganos. “Como ya se hizo público no me queda más que hablar y no me da vergüenza porque el cuerpo es mío y no de la ley”, dijo, en contacto con EL DEBER, en alusión a la normativa que prohíbe la venta de órganos humanos. La ley española establece que los órganos sólo pueden donarse.
Con la primera ‘piedra lanzada’, el periodista espera que se abra el debate y que la justicia le pueda permitir vender parte de su cuerpo para poder saldar deudas que no ha podido pagar desde hace más de cinco años. “La verdad, hace más de cinco años que estoy en este país, he recorrido muchos lugares y nunca tuve un trabajo fijo”, contó.
William se ha desempeñado como peón avícola, camarero, reponedor de productos, actor de doblaje y actualmente se desempeña en un supermercado. Carrillo se hizo asesorar jurídicamente con dos abogados, pidió consejos a una psicóloga del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, investigó en la legislación española, estudió la situación en otros países y se hizo análisis clínicos con el fin de determinar de qué partes del cuerpo puede prescindir.
El calvario de este hombre que anduvo con los micrófonos por las calles cruceñas comenzó el 16 de diciembre de 2003, cuando se vivía el auge del sueño español. “La verdad esperaba otra cosa, en Santa Cruz debía como unos $us 8.000 y el sueldo de periodista no me alcanzaba”, contó.
Con el transcurrir del tiempo, Carrillo se fue endeudando más, con allegados y con el banco Banesto. Según los reportes, en dicha entidad prestó 1.200 euros, a ello se agrega otros 4.300 a terceros y 500 a una hermana. La deuda total es de unos $us 15.000.
Si bien por ahora tiene trabajo en un supermercado, Carrillo asegura que por más que tenga hasta dos empleos fijos y estables no podrá honrar sus compromisos financieros ni en cinco años más. “No estoy dispuesto a quedarme más de cinco años, porque no lograría pagar a mis acreedores”.
De esta manera, el emigrante ha dejado en claro que la única manera de saldar sus compromisos financieros es vendiendo parte de su cuerpo. Según él, sus familiares en Santa Cruz de la Sierra están al tanto de la determinación.
“Les agradezco a toda mi familia porque me han sabido comprender”, comentó. La realidad del periodista es complicada y ahora debe esperar que el Defensor del Pueblo pueda llevar el pedido ante los tribunales y que la sociedad española lo comprenda. “Soy el primero en hacerlo de manera legal y espero lograrlo”, sentenció.
El cruceño espera recaudar por sus órganos cerca de 100.000 o 150.000 euros, con lo que le garantizaría un futuro para él y los dos hijos que tiene. La última palabra está en la justicia española.