Zapatero, metido a sastre

Todos hemos visto a De Juana Chaos en calzoncillos, porque él quiso que los suyos se encargaran de distribuir esa foto, y hace unas horas el Presidente del gobierno, metido a sastre,  ha decidido hacerle un traje más completo y a la medida.

Bien es cierto que el ministro del interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asumido como una decisión personal la nueva situación del etarra que a estas horas ya estará en el Hospital Donostia de San Sebastián y dentro de poco en su domicilio, pero esta decisión – que es una decisión política – no la toma ni Rubalcaba ni nadie si no la ordena Zapatero.

Fuentes jurídicas afirman que legalmente es posible hacer lo que ha hecho el gobierno, sobre todo porque ha habido un juez que así lo ha decidido después de recibir  los informes médicos y de la Junta de tratamiento penitenciario que se le han aportado y  que no han sido sometidos a contradicción por la fiscalía, que era la única que podía hacerlo. 

Por lo tanto, desde ese punto de vista, nada que objetar, aunque no existen precedentes en este tipo de medidas, que resulta excepcional.

La reforma legal que se hizo en su día estaba pensada para permitir que regresaran a sus casas, por razones humanitarias, aquellos presos que enfermos de sida o de cáncer, pudieran morir fuera de la cárcel, pero no contemplaba supuestos como el de De Juana Chaos, que ha conseguido este trato especial como consecuencia de un pulso que le ha ganado al gobierno.

A Zapatero es fácil cogerle la medida y los de ETA ya saben hasta dónde llega su aguante.

Esta decisión estaba en el guión de una obra dramática escrita por el inquilino de  la Moncloa, que continúa con su hoja de ruta – que ojalá conduzca a alguna parte – aunque con ese principio dudosamente moral de que el fin justifica los medios.
A todo esto ayuda no poco la fiscalía, cuya actuación alguien ha definido no ya como seguidista de las órdenes del gobierno, sino como ostentosamente activa. “Esto  - decía un jurista de reconocido prestigio – es como llevar a tu amante al entierro de tu mujer”.