Alivio

El 20 de enero, en algo más de una semana, George W. Bush dejará de ser presidente de Estados Unidos. Esa fecha, luego de ocho años de la que muchos consideran la peor administración en la historia norteamericana, será, en todo el mundo, un día de alivio, cuando no de celebración. Es que los daños provocados por Bush en sus dos períodos como presidente de la primera potencia mundial son incalculables.

La mayor desgracia, obviamente, se refiere a la infame invasión a Irak, iniciada en 2003 con el pretexto, cuya falsedad ha sido comprobada, de la existencia de armas nucleares en territorio iraquí. Este “error”, por el que Bush no muestra demasiada consternación, ha costado la vida de decenas de miles de iraquíes y no pocos soldados norteamericanos y deja un país devastado y con los odios entre sus etnias tan o más marcados que cuando el cruel dictador Saddam Hussein (cuya salvaje ejecución incluso le otorgó un aura de mártir que bajo ningún concepto merecía) estaba en el poder.
 
En materia económica, Bush deja como herencia a su sucesor una profunda crisis que ha alcanzado escala mundial y que en buena medida fue provocada por la insuficiente regulación al sistema financiero norteamericano por parte de las autoridades pertinentes. Cuán desprestigiada estará la imagen de Bush que, durante la última campaña presidencial, el propio candidato republicano buscó desmarcarse de la figura del mandatario saliente.

De modo que, al parecer, los únicos que extrañarán a George W. Bush serán los presentadores de programas cómicos, que han aprovechado sus múltiples chascos, y personajes de la calaña de Hugo Chávez, que ha encontrado en el presidente norteamericano el blanco perfecto para esos exabruptos que tanto entusiasman a sus seguidores. Y no es que a partir del próximo martes los problemas provocados por Bush se solucionarán como por arte de magia ni que la administración de Barack Obama estará libre de errores, pero confiamos en que será un mejor presidente que Bush. Después de todo, hacer un peor papel sería realmente difícil.

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