En tierra de nadie

   La tragedia del pueblo palestino es que es la víctima inocente y sin voz de la tragedia que desde hace décadas tiene lugar en Oriente Próximo. Por su fuera poco no han tenido suerte con sus dirigentes, incapaces de apostar por vías políticas, diplomáticas y pacifícas para reclamar sus justas revindicaciones.

   Hamas es un cáncer en la sociedad palestina, un cáncer que con la ruptura de la tregua ha puesto los cimientos para ayudar a desatar el infierno sobre Gaza a través del Ejército de Israel. E Israel ha cometido más que una equivocación, ha presentado al mundo un rostro brutal y despiadado. Sí, ya sabemos que Hamas se esconde entre los civiles, (lo contaba el otro día en Canal Sur, una española, María Velasco), pero aún siendo esto cierto, nada justifica que persiguiendo a Hamas mate a cientos de personas inocentes. Las imágenes de los niños muertos es algo insoportable y que siempre perseguirá a Israel.

   Ya digo que nadie discute que un Estado tiene derecho a defenderse, de manera que al principio de la ofensiva israelí contra Gaza muchos observadores recalcaron este derecho de Israel de acabar con las ofensivas continuas que sufrían a cargo de Hamas desde Gaza. Pero Israel ha ido mucho más allá de defenderse, y de dar una respuesta proporcionada a los ataques de Hamas. Israel está causando cientos de víctimas inocentes, está destrozando hospitales, colegios, la sede de Naciones Unidas, el centro internacional de prensa, etc. Y todo esto no lo puede justificar.

   Pero vuelvo a los palestinos, a esos cientos de familias que en la franja de Gaza vienen sufriendo el terror de las bombas, en esos niños que malviven y crecen con la angustia de no saber si están viviendo el último día de sus vidas. Cuando me refiero a los palestinos no me refiero a Hamas, ni a otras organizaciones fundamentalistas que lo único que hacen es contribuir al desastre, me refiero a la gente común, a esa gente que lleva el sufrimiento prendido en la mirada y que malvive sin esperanza en tierra de nadie. Me refiero a ese pueblo que es manipulado y utilizado por algunos países de la zona, que en vez de ayudarles a levantar hospitales y escuelas, les dicen que el futuro pasa por las armas, cuando es evidente que por las armas solo pasa la sinrazón.

   La Comunidad Internacional debe de poner en marcha con carácter urgente un Estado palestino. No habrá paz en Oriente Medio hasta que esa tierra de nadie no se convierta en un Estado, con fronteras seguras, con instituciones, con la garantía de que los niños crezcan sin tener pesadillas. No sé quién, si Estados Unidos, Naciones Unidas, la Unión Europea, Rusia, China o Francia, no sé quién pero sí se que es urgente que se obligue a Israel a poner punto final a su ofensiva, que es urgente obligar a Israel y a la Autoridad Palestina, sentarse y cerrar un acuerdo inmediato que pase por ese Estado palestino.

   Alguien tiene que hacerles comprender a Israel y los dirigentes palestinos que ni los unos ni los otros ganarán esa guerra, que Isarel nunca vivirá segura si no ayuda a la construcción de un estado palestino, y los palestinos deben de entender que no tendrán futuro sin ese estado, y que más de cincuenta años después su situación solo ha hecho que empeorar. A quienes les llaman a la guerra santa y al sacrificio lo mejor que pueden hacer es darles la espalda. Solo se construye y se gana por el camino de la paz. Y si no, que se fijen en el ejemplo de Gandhi, que fue capaz de acabar con el imperialismo británico en la India sin disparar un solo tiro.