Salvar al 'gudari' De Juana

  Las palabras son un arma muy poderosa, jugar con ellas es jugar con fuego porque encierran conceptos e ideas que movilizan sentimientos. Pero al actual presidente del Gobierno parece que le gusta jugar con las palabras. Juguemos. "No es nuestro miedo o nuestra debilidad lo que ha salvado a De Juana, sino nuestro valor y nuestro sentido de la responsabilidad", ha dicho. Dos días después de que todos hayamos podido ver con nuestros propios ojos como el presunto moribundo descendía por su propio pie de la ambulancia como un Lázaro resucitado, y hayamos podido oír con nuestros propios oídos como los policías que le custodiaban se las vieron y se las desearon para reducirle tras el ataque de furia que le dio cuando le sacaron a la novia de la cama, o como tuvieron que esperar horas a que llegaran las instrucciones que pidieron a la superioridad para ver si actuaban o miraban para otro sitio mientras el presunto preso 'sin privilegios' se daba una ducha de ¡40 minutos! con su novia, esa frase es un sarcasmo. ¿Pero de qué había que 'salvar' a este titán?

   Podía haber muerto en pocos días, mintió el ministro del Interior a la espera de que nuestro 'determinado' presidente reuniese el 'valor' necesario para mentir por sí mismo. ¿"Responsabilidad", dice? El poder, en democracia, entraña la responsabilidad, y si Zapatero quiere incurrir en la responsabilidad de cumplir las exigencias de ETA que esté en su mano cumplir para intentar salvar 'su' proceso de paz a pesar de los dos muertos de la T4, que es lo que yo creo que está haciendo (liberar a De Juana fue, casualmente, la primera de las condiciones que le puso ETA para no volver a matar 'queriendo' en el comunicado que emitió el pasado día 9 de enero reivindicando los muertos 'sin querer' de la T4), adelante; pero a las claras, por derecho, y sin trucos 'humanitarios'. Sin mentiras. Que deje de esconderse tras las palabras y asuma el riesgo de que las urnas le manden a casa si se equivoca.

   La segunda condición de ese comunicado etarra era la legalización de Batasuna. ¿Será el siguiente sapo? ¿Y el platito de 'garbanzos a la navarra' que Otegi incluyó el sábado abiertamente en la lista, el siguiente? Y los 150 presos que ETA reclama como aperitivo de la amnistía que ahora exige de nuevo, ¿cuándo? ¿Cuándo ETA deje de matar, o aunque vuelva a matar queriendo o 'por accidente'? Transparencia, eso es lo responsable, y lo decente. Los españoles no se merecen un Gobierno que mienta, ¿recuerda...? No es 'nuestro miedo' ni 'nuestra debilidad' lo que nos tiene a millones de españoles rojos hasta las orejas de vergüenza, presidente, sino los suyos: el miedo a la verdad y la debilidad frente a ETA de nuestro presidente del Gobierno.