Como es sabido, entre los arrestados se encuentran la portavoz de la formación Democracia 3 Millones, D3M,
Amparo Lasheras, y
Arantxa Urkaregi, una de las portavoces habituales de ANV, que dirige la sede de Bilbao de esta plataforma con la que, junto con las siglas de Askatasuna, la izquierda abertzale pretendería concurrir a las elecciones vascas del 1 de marzo.
Según explica el magistrado en el auto por el que envía a prisión a los ocho detenidos, ETA ha instrumentalizado a las formaciones D3M y Askatasuna al igual que hizo anteriormente con ANV y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, PCTV, con la intención de "burlar a las instituciones del Estado y conseguir estar presentes en las mismas para así dar cumplimiento a la estrategia terrorista de ETA".
Con este auto en la mano y las pruebas recogidas por las Fuerzas de Seguridad del Estado, en las que se aportan numerosas evidencias y pruebas que relacionan a estas dos dirigentes de la izquierda abertzale y al resto de detenidos con el entramado de siglas y organizaciones que el entorno de ETA ha ido creando para estar presente en las instituciones y las elecciones vascas a lo largo de los últimos años, los jueces van a tener que decidir en los próximos días si, finalmente, D3M y Askatasuna van a poder concurrir, o no, a las elecciones vascas.
Este lunes concluye el periodo para la presentación de listas ante las Juntas Electorales Territoriales y se abre el plazo para la impugnación de candidaturas, paso previo para que el 2 de febrero se proclamen oficialmente las listas de los partidos que concurren a las elecciones. Y nadie duda ya de que ni D3M ni Askatasuna van a poder
colarse entre las formaciones que disputarán por obtener representación en el renovado Parlamento vasco. Hay prueba y también voluntad política para, con la ley en la mano, impedir esta vez a ETA estar en la cámara vasca.
Los candidatos a lehendakari fijan posiciones
Mientras tanto, los candidatos de las principales formaciones vascas, Juan José Ibarretxe, PNV; Patxi López, PSE, y Antonio Basagoiti, PP, se han lanzado de pleno este pasado fin de semana de precampaña electoral a fijar sus respectivas posiciones. Y lo han hecho con el manual en la mano. Cada uno de ellos se ha situado como la única alternativa posible para hacer frente a los graves problemas que tiene planteados en este momento el País Vasco, -una virulenta crisis económica y el problema eternamente irresoluto de la violencia terrorista de ETA-, y han negado al adversario político la capacidad para asumir estos retos.
También han eludido hablar, porque es lo que toca en estos prolegómenos, sobre posibles alianzas electorales, cuando el pluralismo y el fraccionamiento de la sociedad vasca no permiten a ninguno de los partidos políticos vascos hacerse con una amplia mayoría como para gobernar sin alianzas postelectorales. Y aquí cabe destacar que, por si acaso, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer estuvo, en San Sebastián, apoyando a Patxi López, sí quiso decir y lo dijo que Patxi López va a ser quién decida sobre las posibles alianzas del PSE. Y es que, al fin y al cabo, la disputa sobre quién va a ocupar el sillón de la Lehendakaritza gira sólo en torno a dos nombres, los de Ibarretxe y López. Precisamente por eso, no faltan quienes dudan de que, estando como está Zapatero tan necesitado de los apoyos del PNV en Madrid, vaya a permitir que se desaloje a Ibarretxe de Ajuria Enea con las fatales consecuencias que esta afrenta pudiera causar en las buenas relaciones de los grupos parlamentarios del PSOE y de Nacionalistas vascos en el Congreso de los Diputados. Salvo que con los resultados en la mano, cosa improbable, las matemáticas hablen por sí solas.
Si (
No(
