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La esperanza de vida de las mujeres es de 77.5; mientras que la de los hombres es de 72.7.
Aunque los varones tienen una esperanza de vida menor que las mujeres, son ellos los que mejor calidad de vida tienen, en comparación con a ellas.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los tumores malignos, la diabetes y las enfermedades del corazón son las principales causas de muerte de las mexicanas.
El número de hogares presididos por una mujer se ha incrementado en los últimos años, a nivel nacional.
En lo que se refiere a lo económico del total de la población femenina de 14 años y más, el 29.9 por ciento es económicamente activa y el 70.1 por ciento no lo es.
El trabajo doméstico en el hogar no está considerado como una actividad económica, por el INEGI.
En la actualidad, la división sexual del trabajo sigue el modelo tradicional donde el hombre es el proveedor y la mujer cuidadora, a pesar de la incorporación en el mercado laboral por parte de ambos.
Lo anterior se refleja en las parejas conyugales donde tanto el hombre como la mujer de 14 años y más participan en el mercado laboral, las cuales representan 28.2 por ciento del total de parejas.
Los varones dedican al trabajo extradoméstico, en promedio, a la semana 51 horas con 42 minutos y las mujeres 37 horas con 18 minutos. Al mismo tiempo, ellas invierten en trabajo doméstico 56 horas y 18 minutos, mientras que ellos 27 horas y 24 minutos.
En consecuencia, para la realización semanal de los trabajos doméstico y extradoméstico, estas mujeres ocupan poco más de 93 horas y los hombres alrededor de 79 horas; es decir, ellas trabajan cerca de 14 horas más que ellos. Esto muestra que aún con su inserción en el mercado laboral y su posible aportación al ingreso familiar, ellas tienen a su cargo casi completamente las responsabilidades domésticas.
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