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Lavaplatos, basurero, camarero, y hasta literato, ese era Bolaño

Lavaplatos, basurero, camarero, y hasta literato, ese era Bolaño

sábado 14 de marzo de 2009, 00:47h

Lavaplatos, basurero, camarero, y hasta literato, ese era BolañoA Roberto Bolaño, como a otros escritores clave en la Historia de la Literatura, le llegan los premios tarde, a título póstumo, y ayer el prestigioso Círculo Nacional de Críticos Literarios de Estados Unidos (NBCC) le concedió su galardón a la mejor novela de ficción del 2008 por "2666".

Esta novela se publicó en lengua inglesa a finales del año pasado, casi cuatro años después de la primera edición en español que ya fue póstuma.

De la publicación en inglés de "2666" se hizo eco, en las páginas de "Libros", el diario "The New York Times", lo que generó, en un principio mucha expectación.

Ahora, la crítica estadounidense en su conjunto ha reconocido el valor de la obra otorgándole su premio nacional.

Desgraciadamente, Roberto Bolaño -que fue asalariado de oficios como lavaplatos, camarero, vigilante nocturno, basurero o vendimiador hasta que en los años 80 empezó a ganar concursos literarios- no podrá disfrutarlo, pues murió a los 50 años de una insuficiencia hepática el 15 de julio del 2003.

La ironía es que su gran fama proviene prácticamente de esta novela de 900 páginas que escribió como si se le fuese a escapar la vida de las manos, que tituló con la cifra "2666" y que ha logrado ensombrecer todos sus anteriores escritos.

Bolaño, chileno de nacimiento, vivió en España prácticamente desde 1977, sobre todo en Barcelona (noreste), pero no empatizó con parte de la elite literaria española.

Así, en uno de sus diez consejos para escribir un cuento, afirmó: "Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura".

Barcelona fue la ciudad en la que vivió y murió tras una vida trashumante, este poeta y prosista apasionado de la lectura y los cigarrillos, aunque su mito crece día y día, y con ello los rumores sobre alguna posible adición.

Bolaño ha dejado una biografía sobre la que muy pocos se ponen de acuerdo respecto a fechas e intenciones del escritor; por ejemplo, sobre cómo, siendo seguidor de Salvador Allende cuando residía en México, optó por volver a Chile en 1973 y, finalmente, tuvo que huir tras el golpe de estado de Augusto Pinochet.

El escritor (Chile, 1953-España, 2003) ya consiguió el que se considera Premio Nobel de Literatura latinoamericano, el Rómulo Gallegos, en 1999 por su novela "Los Detectives Salvajes" -también Premio Herralde 1998- y a título póstumo logró el Premio Salambó (2004).

Ahora su viuda, la catalana Carolina López, madre de sus hijos Lautaro y Alexandra, recoge sus frutos y su fama se difunde más todavía tras haberse traducido "2666" al inglés y comercializarse en EEUU, país en el que hay cursos universitarios para aprender a ser escritor.

Al contrario de lo que cultivó Bolaño, quien abandonó el colegio en su adolescencia durante una estancia familiar en México y refinó su pluma mediante la lectura.

El periodismo, que ejerció durante su periodo mexicano, no fue un oficio ajeno a su condición de prosista, hasta que pudo destinar su talento a otros fines menos inmediatos: la novela y la poesía.

Entre su bibliografía cabe destacar "La pista de hielo" (1993), "La senda de los elefantes" (1994), "La literatura nazi en España"(1996), "Estrella distante"( 1996), los relatos de "Llamadas telefónicas", que fueron galardonados en 1997 con el Premio Municipal de Santiago de Chile.

Y también "Amuleto" (1999), "Monsieur Pain" (1999), "Nocturno de Chile" (2000), "Putas asesinas" (2001), "Amberes" (2002), "Una novelita lumpen" (2002) y los ya citados "Los detectives salvajes" (1999) y "2666" (2004), su libro póstumo. EFE

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