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El mito de Lola Flores

El mito de Lola Flores

jueves 15 de marzo de 2007, 19:06h

Llevar al cine la vida de una artista como Lola Flores, siempre entraña un peligro, por muy lograda que este la película de Miguel Hermoso. La razón no es otra que la cercanía de su muerte, de su vida, ya que todos hemos sido testigos directos o indirectos de su lucha contra la enfermedad, de su lucha por sacar a sus hijos adelante, por seguir trabajando, por seguir en activo cuando cualquier otra en sus mismas circunstancias se hubiera encerrado en su casa para que nadie viera su deterioro, o sus lagrimas.

Son imágenes tan recientes, tan vivas, que yo las tengo impresas en mi retina, y que serán difíciles de olvidar porque era una mujer con una gran personalidad, una artista que forma parte ya de la mitología.

   Dicen que a Lolita y a Rosario no les ha gustado el film porque apenas se habla en la película de los logros artísticos de su madre, que fueron muchos, y durante largos años. Comprendo su enfado, es más, pienso que no deberían de haberla visto porque para unas hijas siempre es difícil asumir con imparcialidad escenas que lógicamente hieren su sensibilidad de hijas de una mujer que por encima de todo fue una gran madre. Prueba de ello es como ayudó a su hijo Antonio en los momentos más duros de su vida, cuando estaba enganchado a la droga, cómo pasaba las noches enteras hablando con él, en un intento desesperado por apartarle de lo que ella sabia sería su final.

   La historia de Lola Flores estará incompleta si no se le sitúa en el contexto social y político en el que le tocó vivir, a ella y el resto de los españoles, si no se cuentan las dificultades de las mujeres para poder manejar las riendas de su vida, para tomar decisiones sobre su presente o su futuro. Después de la guerra civil España se convirtió en un país dominado por la Iglesia más retrograda y el franquismo más virulento. Intentar salir adelante sin pagar un peaje por ello, es casi inimaginable en el mundo del espectáculo. Y Lola lo pagó, porque de no hacerlo seguramente hoy no estaríamos hablando de ella. Salirse del guión en aquellos tiempos, era una batalla casi imposible de ganar, más si se trataba de una joven sin recursos económicos, pero con unas ganas enormes de volar sola, de triunfar haciendo lo que ella sabia hacer, cantar y bailar.

   Finalmente lo consiguió, claro que lo consiguió, como consiguió formar la familia con la que siempre soñó, al lado de Antonio González, al que permaneció unida hasta el final de sus días.

Enturbiar su carrera profesional o su carrera personal por lo que hizo en los primeros años de su vida, no sería justo, y no lo sería porque Lola es de las poquísimas personas, que no ocultó su pasado, y eso la engrandece aún más. Lo que se sabe de La Faraona no lo descubrió ningún aguerrido reportero del "tomate",  se lo contó ella a Tico Medina, seguramente para que en un futuro no se tergiversase su vida, y lo hizo con el coraje que le caracterizaba, quizá porque entonces ya tenía el convencimiento de que tras su muerte, habría una avidez enorme por conocer todo lo que le concernía, como mujer y como artista, y se adelantó a todos. Señal inequívoca de que no cometió ningún pecado que no pueda ser perdonado.

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