Los constructores deberán pagar una fianza que garantice el correcto tratamiento de los escombros

Con la de Moralzarzal ya son tres las plantas públicas de tratamiento de escombros, en Navalcarnero y el Molar, y a las que en unos meses se sumará otra en Arganda del Rey. Estas infraestructuras forman parte del Plan de Residuos de Demolición y Construcción de la Comunidad de Madrid, que además de las campañas de concienciación o la subvención de puntos limpios en la región, contempla la exigencia a promotores y constructores de un depósito que garantice el correcto tratamiento de los escombros.

Lo ha recordado la directora de Calidad y Evaluación Medioambiental, María Jesús Villamediana, en la inauguración de este nuevo centro de clasificación y transferencia, que permitirá reutilizar más del 85 por ciento de los residuos inertes que se gestionen. "Es fundamental -ha dicho- que los escombros se gestionen y se reutilicen, para cerrar el ciclo. Para ello la Comunidad está haciendo un esfuerzo con la puesta en marcha de estas infraestructuras, o de medidas como ésta".

Es por eso que a partir de julio toda licencia de obras deberá estar precedida de una fianza, cuya cuantía determinarán los Ayuntamientos, y que será proporcional a la cantidad de residuos que se estima se van a generar. La devolución de la fianza se hará efectiva una vez que el titular de la licencia acredite que se han gestionado todos los escombros y la planta en la que se han depositado.  Según la normativa el importe de la cuantía de la fianza dependerá del tipo de residuos. así, los escombros supondrán 10 euros por metro cúbico y el importe de la fianza
no podrá inferior al 0,2 por 100 del presupuesto de la obra, mientras que las tierras y materiales pétreos serán de 4 euros/metro cúbico, con un mínimo de 40 euros y un máximo de 60.000 euros. 

La planta de Moralzarzal está equipada con maquinaria fija y móvil, que le permite realizar operaciones de selección, clasificación por tamaños y limpieza de los residuos recibidos, aunque también hay tareas manuales, para lo que emplea a 13 trabajadores. Gracias a la selección de residos, además de los esombros la planta permite devolver al mercado materiales como madera, cartón, plástico y papel. Ocupa una superficie de 14.000 metros cuadrados y dará servicio a los municipios del oeste de la región y dispone de un aula de educación ambiental en la que los escolares podrán aprender, según Villamediana la importancia de la separación, la vida de los escombros y la necesidad de que no se tire a los contenedores de obra de las vías públicas cualquier tipo de basura.