Los principales proveedores de agua en el mundo - los ríos en todos los continentes- están muriendo y con ello crecen las amenazas de escasez de agua. Entre ellos, el Río de la Plata. El deficiente planeamiento y la protección inadecuada de las áreas naturales son señales que hacen suponer que el agua no fluirá siempre, asegura WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) cuya organización asociada en nuestro país es la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA).
En el informe Los 10 ríos del mundo en mayor riesgo -publicado con motivo del día Mundial del Agua (22 de marzo)- WWF proporciona una lista de los 10 ríos que están muriendo rápidamente como resultado del cambio climático, la contaminación y las presas.
“Todos los ríos que figuran en el informe simbolizan la crisis de agua dulce que fue evidenciada por años pero las advertencias fueron ignoradas”, dice
Jamie Pittock, Director del Programa Mundial de Agua Dulce de WWF. “Con la crisis del cambio climático que ahora cuenta con la atención del sector empresarial y del gobierno, queremos que los líderes se den cuenta ahora y no después de la emergencia a la que nos enfrentamos en materia de agua dulce”.
La lista del informe menciona, en Asia: Yangtze, Mekong, Salween, Ganges y el Indo. En Europa, el Danubio. En África, el Nilo-Lake Victoria y en
Australia, el Murria-Darling. En América, el Río de La Plata y el río
Grande.
El Río de la Plata, el más ancho y uno de los más caudalosos del mundo, es víctima de constantes agresiones. Desde el vertido de más de 2 millones de metros cúbicos diarios de residuos industriales hasta otro tanto de residuos cloacales sin tratamiento previo. A esto debemos sumarle actividades de intenso dragado, de limpieza de sentinas de los buques que arriban al Puerto de Buenos Aires y de pesca sin planificación. “Además, la mayor parte de sus costas –con selvas ribereñas de sauzales y ceibales- fueron arrasadas en muchos casos y transformadas en basurales a cielo abierto, cuando no ocupadas clandestinamente por crecientes asentamientos de gente carenciada. Frente a esta situación y dada la importancia ecológica, sanitaria, económica y cultural, si queremos salvar al Río de la Plata debemos cambiar la forma en que nos relacionamos con él”, afirma Claudio Bertonatti, Director de Comunicación y Educación de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Si bien existe un acuerdo binacional entre la Argentina y el Uruguay
(FREPLATA), a juzgar por las condiciones ambientales que se agravan y hasta eternizan, “todas las iniciativas de esta y otra índole deberían contar con una mayor vocación y decisión política”, sostiene la doctora Marina Cuervo, directora de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
“La crisis del agua dulce va más allá de los 10 ríos mencionados en este informe pero refleja hasta qué grado el desarrollo desmedido pone en peligro la habilidad de la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades”, dice Pittock. “Debemos modificar nuestra manera de pensar ahora o pagaremos el precio en un futuro no muy lejano”.
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