En un comunicado, ARCA recuerda que sin su intervención hoy no existiría el encinar de la playa de La Arena y en lugar se alzarían 2.500 viviendas, pero "afortunadamente" para Cantabria la asociación consiguió anular el planeamiento urbanístico de Arnuero y la licencia para construir los primeros 144 apartamentos.
ARCA también está satisfecha porque "siempre" ha defendido la ejecución de todas las sentencias firmes de demolición y que se indemnice con rapidez a los afectados.
Igualmente, agradece el trabajo desarrollado por decenas de voluntarios a lo largo de las distintas fases de la campaña en defensa de la playa de La Arena, muy especialmente a quienes asumieron en los años noventa "graves costes personales" en acciones directas en la propia obra, o contra los responsables del Ayuntamiento de Arnuero y del Gobierno de Cantabria.
Del mismo modo, según la asociación, hay que "seguir reclamando" que se señalen las responsabilidades políticas y que haya una declaración institucional "pidiendo perdón" a la sociedad de Cantabria.
Como máximos responsables en el caso de la playa de La Arena, identifica a los entonces presidente del Gobierno, Juan Hormaechea, el alcalde de Arnuero, José Luís Rey Villa, y director general de Urbanismo y Vivienda, Juan Badolato, así como las sociedades CENAVI e Inmobiliaria Arnuero.