Según un alto responsable del gobierno, Chrysler decidió ampararse en la ley de quiebras, lo que representa una declaración de bancarrota.
Las negociaciones entre el Tesoro y el consorcio de 46 bancos y fondos de inversión sobre la deuda de Chrysler se rompieron a primeras horas de la madrugada de hoy después de que algunos acreedores rechazasen la última oferta del Tesoro estadounidense de revisar a la baja sus deudas por cobrar, de cerca de 7.000 millones de dólares que les debe Chrysler a 2.250 millones, explicó el alto funcionario.
El miércoles por la noche los empleados de Chrysler ratificaron por amplia mayoría el acuerdo alcanzado entre la empresa y el sindicato United Auto Workers (UAW) para reducir las responsabilidades financieras laborales.
Hoy se espera que Fiat y Chrysler materialicen su acuerdo por el que la empresa italiana tomará un 35 por ciento del accionariado a cambio de ceder tecnología y plataforma de vehículos pequeños.
Según filtraciones aparecidas en la prensa, Obama dirá que la suspensión de pagos no significará la desaparición de Chrysler y que la empresa formará la alianza con Fiat durante el proceso de reorganización.
El Departamento del Tesoro quiere que la empresa sea gestionada a partir de ahora por una persona designada por Fiat en sustitución del actual presidente, Bob Nardelli.