Hasta que Evo enfiló toda su artillería verbal contra Alan García. Resentido por el asilo que el Gobierno peruano ha dado a sus rivales políticos de la derecha boliviana, Morales ha declarado a la prensa chilena que su "problema" es con Alan García. Nada más directo. Además, ha asegurado que mantiene excelente relaciones con las organizaciones peruanas de izquierda, y con el político nacionalista peruano Ollanta Humala.
No satisfecho con semejante exabrupto que García aún no ha contestado- probablemente evite hacerlo, como en anteriores ocasiones-, Evo ha dicho al diario La Tercera de Santiago que tiene informaciones que indican que el Gobierno de Lima sabe que perderá la demanda por límites marítimos interpuesta a Chile.
Declaraciones innecesarias y desafortunadas que tienen como principal víctima la política exterior boliviana y la imagen que su presidente forja en la comunidad internacional.