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Apuntes desde la Sala. ¿Cui Prodest?

Apuntes desde la Sala. ¿Cui Prodest?

martes 27 de marzo de 2007, 23:59h

Gafas redondas de montura negra, abundante pelo negro con raya en el centro y la vista casi permanentemente fija en la pantalla de su portátil, José Luis Abascal tiene cara aniñada y pinta de empollón. Su voz es ronca y siempre es parco en palabras, aunque sus interrogatorios se suelen encontrar con frecuencia con la llamada al orden del presidente Gómez Bermúdez, a veces pausada, otras algo indignada: “!improcedente!, ¡capciosa!, ¡no ha lugar…otra pregunta!" Tanto que Abascal tiene el guiness de protestas en el acta de esta Vista. La primera, nada más empezar, cuando intentó sin éxito que el Tribunal impidiera que se televisaran las sesiones.

Pero hoy el presidente le ha cortado sin alterarse lo más mínimo: “No ha lugar a la pregunta, no tiene ninguna relación con los hechos que estamos enjuiciando”
Y ese es el tema, ¿qué relación tiene ETA con los hechos que estamos enjuiciando? Un mes y dos semanas después del inicio del juicio se ve que cada vez menos, si es que alguna vez tuvo algo que ver. Después de horas y horas de declaración de procesados y testigos no ha salido ni el mínimo indicio de la presencia de etarras en la tragedia. Pero a Abascal no le vale. Por eso hoy, en su tono impertérrito habitual, ha hecho la pregunta más absurda y delirante de todas las escuchadas hasta ahora: “En los atentados al World Trade Center de Nueva York de 1993, ¿tuvo alguna intervención colateral la banda terrorista ETA?” El interrogado, un comisario de la Unidad Central de Información de la Policía, experto en ETA, ha dicho que no tiene ni idea, aunque el abogado ha precisado que se refería a si los terroristas que actuaron entonces en Estados Unidos podrían haber utilizados pasaportes falsificados por ETA. La perla no solo ha causado sorpresa sino también incredulidad. Hasta ahora no se conoce un solo experto en la organización terrorista que haya barajado la hipótesis de que estos asesinos se hayan dedicado jamás a proporcionar documentación falsa a otras bandas armadas.

Pero el letrado va a lo suyo, al igual que el día que quiso confundir al Tribunal intentando colar una foto de un temporizador usado por los etarras como si hubiera sido encontrado en los registros policiales en las casas que frecuentaban los acusados del 11M. Esta actitud, aparentemente va en su estrategia de defensa a sus clientes: Jamal Zougam y Basel Ghalyoun están  acusados de haber colocado las bombas en los trenes y con muy serios problemas para librarse. A Zougam le han identificado ya tres testigos en el juicio y a Ghalyoun le encontraron restos biológicos en un gorro encontrado en el piso de Leganés donde se suicidaron siete terroristas. El razonamiento parece si simple: si aparece ETA todo el sumario se cae y sus defendidos quedarán en libertad. La maniobra es tan arriesgada como las actitudes del letrado, que parece jugárselo todo a la comparecencia del etarra Henri Parot y los tres componentes de la llamada caravana de la muerte detenidos en Cañaveras. Los cuatro fueron incluidos en el plantel de los testigos a última hora y a petición de Abascal y un día de estos pasarán por la Casa de Campo.

EN PARO. Pero todo parece demasiado artificioso, demasiado inverosímil para tanto empecinamiento. Tanto que cabe preguntarse que persigue realmente Abascal. Hay un hecho que da que pensar. Solo seis de los 29 procesados tienen abogado de pago, los demás son de oficio, y Abascal es uno de esos pocos letrados en ese selecto club de los que cobran. Pero sus clientes no parecen demasiado solventes. Zougam le “contrató” en tercera instancia. Primero le defendió otro abogado de pago al que dejó por uno de oficio porque no tenía dinero para pagarle. Y a los dos meses, muy poco antes de comenzar el juicio, no se sabe como ni se explica que nuevos ingresos pudieron  llegar a la cuenta corriente del preso, se hizo cliente de Abascal. Tampoco parece que su otro defendido, Ghalyoun, le pueda aportar demasiados fondos, ya que estaba cobrando el paro cuando fue detenido hace más de un año. Un abogado de oficio no se va a llevar más de 20.000 euros por todo, incluyendo si el proceso llega, que llegará, al Tribunal Supremo. Un abogado de pago multiplicará por 10, 100 o 1.000 su minuta. ¿Quién le va a pagar todo eso a José Luis Abascal? ¿Cui prodest?

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