El inspector de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que comenzó a declarar ante el tribunal del 11-M esta mañana y que participó en el interrogatorio de José Emilio Suárez Trashorras, aseguró que actuó también como controlador del confidente de la unidad conocido como "Cartagena" e indicó que en una reunión mantenida con él el 15 de marzo de 2004 éste, "muy enfadado", les dijo: "¿Cómo habeis permitido esto con todo lo que os he contado?".
El testigo indicó que este fue el último encuentro que mantuvo con el confidente y resumió parte del contenido de los informes ofrecidos por "Cartagena" a partir de septiembre de 2002, basados principalmente en una célula creada por Mustaphá Maimouni, detenido en Marruecos por su relación con los atentados de Casablanca.
Así indicó, que según el confidente, el acusado de pertenencia Mohamed Larbi Ben Sellam, se encargaba de "marcar los objetivos en aquella célula", básicamente lugares de ocio frecuentados por árabes no creyentes. "Pensaba que no era necesario realizar la yihad en Irak o Afganistán cuando podía hacerse en Marruecos o España", agregó.
Añadió que según "Cartagena" formaban parte también de la célula de Maimouni otras dos personas relacionadas con los atentados del 11 de marzo de 2004, "un tunecino del que no dijo el nombre y que resultó ser Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias "Serhane El Tunecino" y "un egipcio" (Rabeis Osman El Sayed). Respecto a éste último "Cartagena" les comunicó que era "una persona carismática" y que hablaba siempre a través de otros.
A preguntas de las acusaciones particulares el testigo dijo desconocer si el tunecino colaboraba con la UCIE como mencionó "Cartagena" ante el tribunal del 11-M hace unas semanas.
El inspector, que fue detenido por su relación con confidencias realizadas sobre una presunta trama de drogas y explosivos, era, además, el encargado de redactar las notas informativas tras la reuniones, que fueron mostradas a la sala. El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermudez, solicitó incluso un receso para dar tiempo al testigo para comprobar que las notas eran las redactadas por él.
Mencionó además que su unidad registró aumentos de personal antes y después de los atentados aunque dijo que a él en concreto no le informaron de que existieran datos que situaran a España como objetivo del terrorismo islamista.
A este respecto, destacó que hasta la detención de los acusados por su relación con el 11-M no existían en nuestro país "grupos operativos de acción" de la corriente radical islamista aunque sí se habían detectado célula de financiación o logísticas.
INTERROGATORIO DE TRASHORRAS
El testigo se refirió, además, al interrogatorio realizado a Suárez Trashorras e indicó que "en ningún momento le relacionaron con el trafico de explosivos".
Explicó que el acusado experimentó un cambio de actitud después de una conversacion mantenida con su entonces esposa, Carmen Toro. Aproximadamente a las cuatro de la tarde los agentes encargados de la conversación con el ex minero decidieron hablar por separado con él y su mujer. Cuando ambos volvieron a reunirse Toro se sentó encima de las rodillas de su marido y le dijo: "Cariño, di lo que tengas que decir pero a mi dejamé al margen", relató el inspector.
Tras esto, Trashorras "dió un salto en la silla y dijo: ¿qué ofreceis porque este es un marrón muy gordo?, indicó el inspector que dijo que a partir de ese momento los datos ofrecidos por el acusado fueron mucho más precisos ya que hasta ese momento se había limitado a hablar de unos moros relacionados con el tráfico de hachís a los que menciona como "Mowgli" y "Rafa".
Fue también en esa conversación cuando los agentes enviados a Asturias establecieron la relación entre una tarjeta de contrato detectaba en el seguimiento realizado a los sospechosos en las investigaciones en Madrid y la acusada Carmen Toro. Se dieron cuenta, indicó, el testigo cuando Trashorras mencionó que su cuñado Antonio Toro, había conocida a "Rafa" en prisión.
En aquel segundo tramo de la conversación Trashorras describió, según el testigo" que durante un viaje realizado en noviembre a Madrid observó que los moros "tenían marcas y heridas en la cara". Agregó que cuando el acusado preguntó le dijeron que habían probado un detonador con un pila "y les había estallado". Además reconoció que sus amigos árabes habían visitado Avilés a finales de febrero pero precisó que no pudieron robar explosivos en ese viaje "porque había una gran nevada", recordó el miembro de la UCIE.
Trashorras se refirió, también, a las reuniones celebradas en el Mc Donalds, destacando que siempre se habló de compra-venta de hachís y que reconoció que había visitado la finca de Morata de Tajuña. La detención de Trashorras se produjo el día 18 por orden del Comisario General de Información, destacó el testigo.
ZULO DE NICARAGUA
Durante el interrogatorio de las acusaciones, un abogado perteneciente a la asociación de Pilar Manjón preguntó al testigo si habían establecido alguna relación entre los atentados del 11-M y la explosión de un zulo en Nicaragua, en 1993.
El abogado precisó que aquel año estalló con zulo en el país sudamericano en el que se localizaron explosivos y pasaportes falsificados y que tenía relación con "Arzalluz Tapia". El testigo indicó que en aquel año no estaba en la UCIE.
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