El intento de lograr el fin de la violencia etarra ha vuelto a despertar todos los fantasmas cainitas que anidan en el alma hispana. No hay medias tintas; o se está a favor, y se mantiene la esperanza contra viento y marea, o se está en contra y cualquier excusa es buena para denigrar, descalificar e incluso acusar de ilegalidad sea cual sea el paso que se de. Un buen ejemplo de ello son las reacciones suscitadas por la decisión de la Fiscalía del Estado oponiéndose a que se actúe contra el patrimonio de las herriko tabernas porque, según alega Conde Pumpido, no existen pruebas suficientes de su relación con Batasuna que, por cierto, sigue siendo ilegal.
Debería haber sospechado el Fiscal que, dado este clima político, era más que probable que su decisión fuera a levantar el revuelo que ha levantado. Y llevar la contraria a los inspectores de Hacienda que establecieron su dependencia directa de la formación ilegal y su fuente de financiación, resulta, cuando menos, muy conflictivo. Cuando estos días se oyen las más graves acusaciones de intento de manipular a los jueces para que "favorezcan" o no dificulten el proceso hay que tener mucho cuidado y mantener la credibilidad de una institución básica de la democracia como es la Fiscalía del Estado.
¡En menudo lío -y en menudo momento- se ha metido Conde Pumpido! Porque los que están en contra del proceso han encontrado en el cambio de posición de la Fiscalía, que en 2005 pidió procesar a treinta y cinco responsables de ciento veinte tabernas, la evidencia de que el Gobierno está dispuesto a retorcer la ley para conseguir la paz. Bien es verdad que tampoco parece inocente que La Sala especial del Tribunal Supremo hay decidido ahora, más de tres años después, aplicar la Ley de Partidos a unos locales que se sabían relacionados con Batasuna desde todos los círculos políticos y sociales. No olvidemos que ya hace tres años que está formación está fuera de la ley.
¿A que están jugando unos y otros? Se entiende perfectamente que los ciudadanos se sientan desconcertados y ya no sepan a quien creer. Ayer el PP, en la sesión de control, no perdió la ocasión de acusar a Conde Pumpido de interpretar la ley según sopla el viento. Le contestó Zapatero que el Gobierno trabaja desde la ley, con la ley y con el respeto a los jueces. ETA va a acabar desprestigiando a todas las instituciones y eso es lo peor.
Si (
No(
