La Conferencia Episcopal se ha pasado de la raya. Una cosa es la libertad de expresión que debe ser respetada, se compartan o no las ideas expuestas, y otra muy distinta es manipular políticamente a través de la moralidad de las personas. Esto es a nuestro juicio lo que ha llevado a cabo la jerarquía eclesiástica al solicitar el voto en contra de la reforma de la ley del aborto a los diputados que se definan como católicos. De esta manera han tratado directamente de imponer su moral en un ámbito que no es el suyo porque las decisiones legislativas no corresponden a la Iglesia sino a los parlamentarios que han sido escogidos democráticamente para dicho fin.
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Lógicamente su opinión sobre la interrupción voluntaria del embarazo es absolutamente respetable, pero en ningún caso debe ser un ‘arma’ para cambiar el resultado de una votación en el Congreso.
Dicho esto, hay que recordar que la posición de
Diariocrítico con respecto a la reforma de la ley del aborto es precisamente abierta y dialogante, por ello este diario ha solicitado que se lleve a cabo un
referéndum sobre esta cuestión. Para que se escuchen todas las voces, incluida la de la Iglesia, sean a favor o en contra. No sobre el aborto en sí, pues este punto ya ha sido superado hace tiempo sino sobre cuestiones específicas que propone la ministra
Aído con su reforma. Puntos muy polémicos y trascendentales como la decisión de las menores de edad a decidir sin el consentimiento de sus padres. Aspectos de una ley sobre los que la sociedad debe tener el derecho a expresarse para que todas las voces sean escuchadas. Porque, repetimos una cosa es opinar y otra, lo que ha intentado hacer la Iglesia.
Si (
No(
