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Hermanamiento en la Salme´s Cup

lunes 29 de junio de 2009, 14:02h

La historia de Caín y Abel no tiene nada que ver con esto que les cuento. Aunque si buscan morbo y pelea, lo tendrán. Pero no mortal, golfistico. Érase una vez dos hermanos que jugaban al golf y ejercían de periodista uno y de actor el otro.

Siempre liados, con poco tiempo para organizar cosas juntos, pero juntos siempre. A su lado un protagonista, el patronato de turismo de la Costa del Sol y un Campo de Golf Finca Cortesín en Casares Málaga con un Resort de cinco estrellas que quita el hipo.

El objetivo reunir a 32 jugadores que en dos equipos, los amigos de Sinacio y los amigos de Guiller – de los dos hermanos- se dejarán en el campazo que acogerá el Volvo Master Match Play para dejarse la piel en el campo y la pasta de sus bolsillo con un fin muy loable, apoyar el trabajo de Cáritas Málaga que en los últimos tiempos ha visto incrementada de manera notable la nómina de necesitados que acuden a ellos en busca de algo tan elemental como comida o un techo para dormir.

Si hablo de hermanamiento es por los Salmes, pero también por la nómina de jugadores amateurs que se acercaron hasta allí en un tono de camaradería tan cordial y familiar que los casi 12.000 euros recaudados reflejaron una justa medida. Lo de menos el resultado de los Shuster, Abel Resino, Matías Prats, Josema Yuste, Arteche, Juan Antonio Corbalán, Oscar Higares, Blanca Fernandez Ochoa, Verónica Mengod… Lo de más la pelea hoyo a hoyo en un match play que se resolvió en el último golpe del ultimo partido del 18 propiciando un empate a 5 puntos entre blancos y negros, colores de los equipos enfrentados cual truco de magia efectista salido de la chistera de Sinacio y aderezado por la lengua viperina de Guiller y que contó con la bendición de un maestro de ceremonias-speaker D. Vicente Ortega, que se metió en el bolsillo a la afición por buen hacer y cariño.

Sin trampa ni cartón, con transparencia y esfuerzo de los dos hermanos, de Deporte and Business, de los patrocinadores, y de los esforzados del Drive que coincidieron en el sufrimiento que espera a los mejores jugadores del mundo cuando pisen Finca Cortesín y lo hagan mucho mejor que nosotros. Hubo pares, incluso eagles, y cuádruples boggies. Emoción y risas a raudales y juego, mucho juego en clave amateur, aunque algunos golpes –dos de los 32.000 lanzados durante los partidos- bien los habría firmado un profesional de la cosa, pero esos ya forman parte de la primera Salmes CUP, ya son historia para contar en la Segunda edición que empieza a prepararse ya mismo.

Y es que organizar torneos de nivel es complicado, pero hacerlo con gentes que aún perdiendo hasta la camisa por una buena causa se vayan tan contentos lo es mucho más. Moraleja: Solo faltaban los helicópteros y llegaron. Recogían agua de los lagos del Campo para sofocar un incendio cercano y demostrar una vez más que un campo de golf además de preservar el ecosistema, contribuye a poder defender la destrucción por fuego del entorno más cercano.

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