Desde el Sena. ¿Seguridad o empleo?
viernes 30 de marzo de 2007, 23:01h
¿Lo que preocupa de verdad a los franceses es su seguridad cuando viajan en el metro y pasean por la calle, o mas bien temen por sus empleos, por la precariedad y la amenaza cada vez mayor de acabar en el paro, víctimas de las deslocalizacizaciones, de cierres de empresas o reestructuraciones injustificadas?
Creiamos haber escapado a una campaña electoral bajo la espada de Damocles de la seguridad urbana, de la provocación y de la amalgama, como la que tuvo lugar en el 2002, y resulta que no. Ha bastado un banal incidente de control de identidad en la parisina Estación del Norte, o una provocación, vaya usted a saber de quien, para que en menos que canta un gallo se organizara el martes pasado una violenta trifulca entre una multitud de jovenes y las fuerzas del orden. Sólo hubo heridos leves y trece detenidos.
Tres de ellos han sido condenados ya a penas que van de cuatro a seis meses de carcel. El joven controlado que habia pasado sin pagar las barreras del Metro fué presentado en un primer momento como “un inmigrante, delincuente multireincidente, con antecedentes penales y amenazado de expulsión”. Finalmente resulta que el hombre llegó hace trece años a Francia en el marco de una medida legal de reagrupamiento familiar, los delitos que cometió datan de diez años atrás y se refieren a robos menores en un supermercado.
El candidato de la UMP Nicolas Sarkozy ha saltado sobre la ocasión para mostrar su ferrea voluntad de poner orden en nombre de la derecha, acusando de laxismo a la izquierda francesa. El ultra Jean Marie Le Pen por su parte observa agazapado, convencido de que este tipo de incidentes le traerán votos, pues según él, “la gente prefiere el original-Le Pen-, a la copia –Sarkozy-”. Le Pen ha aprovechado también para recordar que “la inmigración incontrolada es la responsable de todo lo sucedido”. Para la socialista Segolene Royal ese violento episodio, muestra en cambio la crispación existente y el fracaso de la política represiva del ex Ministro del Interior y ahora candidato Nicolas Sarkozy, que “busca enfrentar a los franceses unos contra otros”.
Si la campaña electoral se decanta hacia el tema de la delincuencia y la inseguridad no cabe duda de que el voto del miedo será el principal beneficiado, como lo fué en el 2002. Por el contrario si la campaña evoluciona hacia los verdaderos temas que preocupan a los franceses, la izquierda puede encontrar en el debate de ideas toda su vitalidad. La fábrica Arena de Libourne en la región de Burdeos -donde se fabrican los bañadores que lleva la campeona olímpica de natación francesa Laure Manaudou- acaba de ser deslocalizada a China por orden de los fondos de pensión italianos propietarios de la firma.
Ciento sesenta y nueve obreros, mujeres en su mayoria están amenazados por el paro. Esa es la realidad que inquieta a los franceses y que determina todas las preocupaciones que de ella se derivan. Sin empleo ni salario, no hay ni integración, ni vivienda, ni consumo, sino tan solo marginación y asistencia, es decir incremento de esa fractura social que hace doce años denunciaba, con razón y una buena dosis de demagogia, el Presidente Jacques Chirac.
A propósito de desempleo, la polémica sobre las cifras oficiales del paro en Francia se ha invitado también en la campaña presidencial. Según el gobierno a fines de febrero el indice de paro era de 8’4%, el mas bajo señalado desde 1983. Pero curiosamente el INSEE, Instituto Nacional de Estadísticas, no publicará sus cifras hasta después de las elecciones. Socialistas, centristas y sindicatos ponen pues en duda la veracidad de las cifras gubernamentales. Por cierto que uno se pregunta cuando narices va a empezar el debate en esta campaña que se parece mas a un diálogo de sordos a doce bandas.