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Historia de las tradiciones más castizas del verano

lunes 10 de agosto de 2009, 10:37h
El verano es tiempo para santos y tradiciones en la región. San Cayetano, San Lorenzo, La Paloma y San Roque son algunos de los santos que jalonan el calendario de festejos y costumbres de todo tipo.
San Cayetano, el primero en el calendario
El más tempranero en celebrar su fiesta es San Cayetano, honrado por los madrileños cada 7 de agosto, el día de su muerte en 1547. Desde la iglesia que lleva su nombre en la cabecera del Rastro, sale la procesión que recorre las calles más célebres y pintorescas del barrio. Son las fiestas de la flor y la carroza.

Según cuentan los historiadores, al término de la procesión, los fieles toman uno de los claveles de la carroza. Esto se debe la antigua creencia de que quien reza al santo y coge una flor tendrá pan y trabajo todo el año. Este dogma está tan extendido que muchas personas, ante el temor de no llegar a tiempo, se lanzan sobre la carroza a medio camino, produciéndose una avalancha humana casi imposible de contener.

San Lorenzo y sus 'lágrimas'
San Lorenzo llega con las estrellas el día 10 de agosto, que lloran en el cielo fugazmente durante un par de noches. La capital y el municipio de San Lorenzo de El Escorial recuerdan el martirio y tortura del santo, que se negó a entregar las riquezas de la Iglesia al prefecto del emperador Valerio. Esta resistencia le valió ser quemado en una parrilla.

En un momento dado de su tortura pidió que le diesen la vuelta, porque por ese lado ya estaba muy hecho. En 1660, el arzobispo de Toledo encargó la construcción de un templo en su honor en Lavapiés, en la zona de la antigua judería madrileña que acogía hace siglos a los moriscos antes de su expulsión en 1609. Los 'chisperos' renombraron la iglesia como "el templo de las pulgas" por su reducida superficie.

En la sierra, Felipe II creó en homenaje al santo un monasterio junto a una pequeña población de montaña. En su construcción trabajaron los mejores artistas del siglo XVI. El templo, en manos de la Orden de San Agustín, es Patrimonio de la Humanidad. Su planta tiene forma de parrilla, en honor al martirio que San Lorenzo sufrió por la cristiandad.

La Virgen más castiza
La fiesta de la Virgen de la Paloma está fijada en el calendario el día 15 de agosto. Isabel Tintero, una vecina de Madrid, colocó en el portal de su casa un lienzo que encontraron unos niños en la calle de La Paloma en 1767. Así, aunque la imagen del lienzo corresponde a Nuestra Señora de la Soledad, adquirió el nombre de Virgen de la Paloma en honor a la calle en la que fue encontrada.

La virgen se fue haciendo muy popular entre los vecinos del barrio hasta llegar incluso a ser venerada por la realeza en tiempos de Carlos IV. No fue hasta 1796 cuando el arquitecto Juan Villanueva realizó una pequeña capilla que sería sustituida en 1912 por una nueva de estilo neomudéjar, elaborada por el arquitecto Lorenzo Álvarez Capra.
 
La gente del barrio se acercaba a la Paloma para pedirle que obrara milagros porque, como dicen los chulapos viejos, “es la patrona de los corazones madrileños”. Así, todos los 15 de agosto se celebra en Madrid la fiesta en su honor. La guardia de honor la forman los bomberos, que son los encargados de descolgar el cuadro para sacarlo de procesión por el corazón de Madrid. La vinculación de los bomberos a la imagen empezó tras la Guerra Civil en 1939, cuando varios feligreses les pidieron ayuda para bajar a la Paloma del retablo para sacarla de procesión.

Ricardo de la Vega escribió una zarzuela llamada 'la Verbena de la Paloma', que estrenó en 1894, en honor a la Virgen de la que toma el nombre, cuyas notas representan todavía el Madrid más castizo y tradicional. Las zarzuelas fueron las que fijaron como traje tradicional madrileño el de los chulapos. En la verbena de la noche anterior a la festividad, chulapos con chaleco y con parpusa, y chulapas con mantón de Manila, bailan cara a cara chotis al son de un organillo como símbolo del Madrid festivo. 

La celebración de fiesta nacional de La Asunción de la Virgen coincide el mismo día que La Vigen de la Paloma. La coincidencia se debe a que popularmente el día 15 de agosto es conocido como 'el día de la Virgen', ya que numerosos pueblos honran ese día a su propia virgen. Este es el caso del municipo madrileño de Leganés, que esos días celebra las fiestas en honor a su patrona, Nuestra Señora de Butarque.

San Roque
Por último, numerosos pueblos de la región como Chinchón, Colmenar de la Oreja, Horcajo de la Sierra o Rascafría veneran a San Roque, santo que cura la peste y las epidemias, el día 16 de agosto, coincidiendo con el aniversario de su muerte en una cárcel francesa en 1327. Muchos eran los pueblos que pedían a este santo milagroso su intervención y que, tras la desaparición de las enfermedades, reconocían la obra milagrosa del santo y le nombraban santo patrón de la localidad.
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