Tiger, 70 veces 7

Desde la Antigüedad, el número 7 ha significado el infinito, la eternidad, y Tiger ha dejado claro que es un jugador de otro planeta. Su victoria en el Bridgestone, una semana después de ganar el Buick y justo antes del último Grande la temporada, el PGA, le han vuelto a poner en lo más alto no sólo con los números, que ya le daban esa posición, sino de cara a un público que todavía no le veía igual que antes de su parón por lesión.

La victoria 70 de su carrera en la PGA, a sólo tres de Jack Nicklaus y a 12 Sam Snead, y su triunfo récord de siete victorias en el Bridgestone, pone en juego unos números mágicos que recuerdan a aquella frase de Jesucristo cuando hablaba del perdón. Hay que perdonar no siete veces sino hasta 70 veces siete, o sea, siempre.

Queda así perdonado después de no haber pasado el corte en el Open Británico de Turnberry, el segundo corte que no pasa en un Grande en toda su carrera. La decepción de este hecho ha quedado plenamente eclipsada por su actuación en las dos últimas semanas y ya nadie duda de que Tiger ha vuelto por donde solía, ganando con autoridad. Veremos en el PGA de esta semana, pero Tiger ya está “perdonado”.