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La pataleta de CiU

La pataleta de CiU

jueves 23 de noviembre de 2006, 17:10h

Dada la debilidad del ser humano, y si sólo fuera por ella, resulta hasta comprensible la salida de pata de banco de CiU tras el, por otra parte, sincero, cabal pero nada brillante discurso de investidura de José Montilla. El portavoz de los nacionalistas conservadores opina que fue “un discurso más propio de un presidente de comunidad autónoma que de un presidente de Catalunya”. Escucharlo el columnista e irse a hacer la prueba de alcoholemia fue todo uno. Ante la constatación analítica de que el nivel de alcohol en sangre (pongamos que en forma del famoso licor Aromes de Montserrat) era negativo, quedaba el recurso de pellizcarse por si uno no estaba soñando. Pues tampoco. Despierto y bien despierto. Ergo, los sentidos no han jugado una mala pasada y el columnista, ahora perplejo, oyó lo que oyó.

Y de ahí, un cierta sensación de alucinamiento temporal. ¿No era CiU la que esperaba que José Luis Rodríguez Zapatero, por la vía del ordeno y mando, les diese la presidencia de la Generalitat? ¿No estaban los nacionalistas conservadores, con Artur Mas a la cabeza, dispuestos a pasar por los carros y carretas de una Grosse Koalition con el PSC por volver al Palau de la Generalitat? ¿No estaba, como lo estuvieran antaño, dispuesta a seguir haciendo, por muchos años más, la puta i la Ramoneta, cual rosa de Alejandría, blanca de noche, roja de día, ora con el PSOE, ora con el PP? Una formación que mantiene en la práctica, como único norte y guía de sus acciones políticas, el “ara convé”, ahora conviene, que lo mismo vale para un roto nacionalista que para un descosido centralista, es la menos indicada para criticar a ese catalán de Iznájar (Córdoba), José Montilla Aguilera, que ha hecho un discurso ciertamente soso, farragoso a ratos, presentando un programa legislativo y de gobierno que es, en gran parte, herencia del tripartito anterior, pero que, además, pretende poner a Cataluña en el siglo XXI, y que tiene, por parte del candidato, la honradez de señalar sus propias carencias personales y su voluntad de trabajar al servicio de un país y de sus gentes.

Montilla, dentro de nada el Molt Honorable President José Montilla, no puede estar examinándose todos los días, más que de sus acciones y las de su gobierno. Alguien que se empeña en que Cataluña es y será los que quieran que sea los propios catalanes ha dejado a los nacionalismos identitarios y esencialistas, tanto al catalán como al español, con cara de perplejidad y, por supuesto, con los calzones bajados y la retaguardia al aire. De ahí, la pataleta de CiU. Explicable, pero que, en la humilde opinión el columnista, no debe prolongarse más allá de la investidura. Ciertamente desgastaría algo al Govern d’entesa, pero más a la oposición nacional-conservadora. Claro que si Mas y su gente quieren jugar esto... Este es un país libre, también gracias a Montilla y a hombres y mujeres como él...

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