Las caleras de Quijorna han producido cal para la elaboración de los morteros empleados en buena parte de las grandes obras realizadas en la provincia de Madrid y zonas colindantes, tal es el caso del monasterio de El Escorial.
Esto se debe a que la cal de esta localidad, tal y como se indica en las Relaciones Topográficas de Tomás López (1784) es “de una especie sobresaliente”. Aun no hace mucho tiempo en la construcción se empleaba mortero de cal o argamasa, en vez de utilizar como se hace ahora el cemento.
En lo referido a la geología, discordante sobre el zócalo metamórfico aparece una formación arenosa, denominada por los geólogos facies Utrillas, que se distingue con facilidad por su luminosidad. Dichas arenas se han explotado históricamente para la producción de loza y refractarios. A techo de estas se presentan niveles margosos que dan paso enseguida a las calizas del Cretácico Superior.
Al Norte de Quijorna se toma el camino de La Charneca que acaba confundiéndose con la Cañada Real Segoviana, antigua ruta pecuaria señalizada. A kilómetro y medio del municipio, a ambos lados de la senda, empezamos a encontrar diversas caleras. Estamos en la histórica zona de las casas del Vétago.
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Octavio Puche Riart
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L.F Mazadiego Martínez
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