25-N: Tolerancia cero

El año 2005 acabó con 63 mujeres asesinadas por violencia de género en España. 5 de estas mujeres murieron en la Comunidad de Madrid. Son cifras muy graves que no se corrigen si tenemos en cuenta que en lo que va de año llevamos más de 60 mujeres asesinadas.

Las leyes contra la violencia de género abundan en el conjunto del Estado. Son leyes a las que se les añade la denominación de “integral” porque pretenden no sólo sumar, sino actuar desde todas las instituciones, desde toda la sociedad, contra la violencia de género. Sin embargo, las cifras de víctimas lejos de descender, aumentan. Algo falla para que buenas leyes no corrijan los problemas y ese fallo radica en que las leyes se aprueban para cumplirlas y las administraciones deben poner los medios para hacerlas cumplir.

Los trabajadores de CC.OO. en la Justicia se han movilizado recientemente para exigir los medios y recursos necesarios en los juzgados de violencia de género. El propio fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid declaraba recientemente que la Ley Integral contra la Violencia de Género en la Comunidad de Madrid “no se ha visto acompañada de los medios personales y materiales suficientes para hacerla realidad”.  Hablaba también de especialización del personal que atiende casos de violencia de género, especialmente no pueden ejercer un control efectivo sobre el cumplimiento de las penas y medidas cautelares.

En Madrid se han producido 12.310 denuncias a lo largo de 2005 por violencia de género. 7.229 mujeres españolas y 5.081 extranjeras se han atrevido a dar el paso de la denuncia. No recogen las estadísticas cuántas mujeres no se han atrevido a darlo. Pero sí recogen que 1.474 de esas denuncias han sido retiradas. La presión social, las dificultades económicas, las presiones psicológicas, la amenaza, el miedo terminan doblegando la voluntad de las víctimas. Son demasiadas presiones sin ayuda suficiente para combatirlas.

Frente a una realidad que supone que cada día del año se producen casi 35 denuncias por violencia de género, los tribunales han adoptado tan sólo 202 medidas cautelares de privación de libertad. Se utiliza más el alejamiento, en 3.975 casos, la prohibición de comunicación, en 3.205 casos, o de volver al lugar del delito en 1.005 casos. Al final los varones enjuiciados han sido 3.143, con 1.712 condenas y 1.431 absoluciones.

Los cálculos menos alarmistas ponen de relieve que una de cada mil mujeres denuncia maltratos contra su pareja o ex pareja. Que el 20 por ciento de las mujeres maltratadas termina perdiendo su empleo. Que el 53 por ciento de los hombres que han maltratado a su pareja o ex pareja también abusaron sexualmente de sus hijas. Que el 35 por ciento de las mujeres que ingresaron en urgencias lo hicieron por temas relacionados con la violencia de género y que el 75 por ciento de las mujeres violadas por un familiar no lo denuncia.

Las leyes son importantes, forman parte de la solución, pero no suplen la movilización de la sociedad y sus instituciones para combatir la violencia de género. Hay que apostar por la prevención desde la infancia a través de una coeducación que impulse valores de respeto a la dignidad, la libertad y la integridad física y psíquica de todas las personas.

Para prevenir la violencia es necesario, desde las instituciones y desde toda la sociedad, aplicar la tolerancia cero, actuando, interviniendo, no consintiendo, encubriendo o amparando ningún comportamiento que implique denigración o maltrato de las mujeres.

En el ámbito laboral es necesario que los convenios colectivos incorporen cláusulas que sancionen el acoso sexual, facilitando la protección de las víctimas y evitando que las situaciones de maltrato de perpetúen en el tiempo sin que la coordinación y actuación conjunta desde todos los ámbitos contribuyan a cortar de raíz el problema.

El 25 de noviembre, Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, es un buen momento para reflexionar sobre una situación extremadamente grave y adquirir compromisos para solucionarla.