La tortura de dejar a 'Perica'

David, que no quiere revelar más datos sobre sí mismo, es uno de los pacientes que entre las paredes del Centro de Atención Integral al Cocainómano (CAIC), intenta dejar de una vez por todas la 'perica', la farlopa, la manteca, la blanca, la 'lady pura' y así hasta una veintena de sinónimos para la droga más común y más adictiva de la actualidad.

David, como muchos otros, es un hombre de mediana edad que ha ingresado voluntariamente en las instalaciones que gestiona el hospital privado San Juan de Dios gracias a un concierto con la Agencia Antidroga y la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Hasta 1.383 pacientes que se enfrentaban a especiales dificultades para su rehabilitación le han antecedido desde 2001. El 43,8% por ciento de ellos era menor de 30 años, aunque el perfil del paciente es muy mayoritariamente el de un varón de 37 años de edad media, soltero y sin antecedentes legales, la mayoría con estudios básicos y de nivel socioeconómico medio. Muchos de ellos empezaron a consumir con amigos, muy pocos con su pareja.

"Es muy duro. Lo principal es que la familia te apoye, que sientas que lo haces por algo", recalca mientras se deja preguntar por los periodistas que hoy han acudido al centro junto con la viceconsejera de Sanidad, Belén Prado. Otro compañero, que no quiere dar la cara ante las cámaras, añade que los profesionales del centro les ayudan "mucho" a superar los peores momentos.

Ninguno de los asistentes a las sesiones de grupo, unos veinte por turno, pone ninguna pega al trato que reciben, que incluye habitación individual, un centro de día, tratamiento de desintoxicación y abstinencia, control de prevención, apoyo psicológico, estilos de vida saludable mediante el deporte y las actividades en grupo (gimnasia, billar) e implicación de la familia. El gerente incluso les anima a que digan si hay algo que puedan mejorar, pero la puntualización se queda en un tímido "cuesta mucho entrar; hay mucha lista de espera".

Tímido freno a la 'coca'
La entrada de los periodistas en este centro de tratamiento tiene una finalidad didáctica, dado que se realiza acompañados de la viceconsejera de ordenación sanitaria e infraestructuras, Belén Prado. Prado admite que queda mucho por hacer en el tratamiento contra las drogas, dado que en todos los lugares no se puede dispensar un trato tan personalizado y riguroso como el CAIC, pero destaca que la labor da sus frutos: según los datos de la Consejería de Sanidad y la Agencia antidroga, la subida continuada de la popularidad de la cocaína en particular comienza a frenarse después de que entre 2001 y 2005 se pasase de un 0,6% de consumidores habituales a un 1,6%.

La Agencia Antidroga amplió en 2007 el número de plazas de tratamiento del CAIC, que pasó de tener 25 plazas asistenciales a 45, casi el doble, gracias a la apertura del Centro de Día, dotado con 20 plazas, y que ofrece tratamiento ambulatorio. El Centro de Día, que ha atendido a 275 personas desde su apertura hasta el 31 de julio, está destinado a los pacientes que ya han superado la hospitalización y les permite continuar el tratamiento al tiempo que se integran de forma progresiva en su vida habitual. David está en ello y espera poder dejar de ir pronto.